“Que el sector público refuerce su papel vertebrador del territorio y contribuya a fomentar la igualdad de oportunidades y la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones”. Es el objetivo anunciado que perseguía el Gobierno cuando adoptó, en el seno del Consejo de Ministros (Real Decreto 209/2022), la descentralización de entidades del sector público, con la retirada de Madrid de parte de las sedes de grandes instituciones del Estado. La idea afloró de inicio como una revolución controlada, para disgusto de la madrileña Isabel Díaz Ayuso, pero se fue diluyendo poco a poco con el paso de las semanas. El Instituto Nacional de Oceanografía (IEO) no entrará en esta terna, como ha zanjado el Ejecutivo en una respuesta por escrito al Senado, consumando una anomalía de carácter global: como desveló FARO, solo tres de 57 países analizados con instituciones equivalentes de investigación oceanográfica tienen sus sedes centrales lejos del mar.
A una pregunta del senador popular vigués Javier Guerra, “se informa de que el IEO no se ha sometido al procedimiento [...] para la determinación de las sedes físicas de las entidades pertenecientes al sector público estatal”. La decisión corresponde al Ministerio de Ciencia e Innovación, al frente del cual está la socialista Diana Morant. La misma que decidió, como avanzó este periódico, obviar las opciones del IEO de Vigo para albergar las sedes permanentes de al menos dos de las áreas de investigación del Instituto: Pesquerías y Acuicultura. Hasta ahora las direcciones de estos departamentos eran itinerantes –Pesquerías estuvo en Vigo, de hecho–, ya que se ubicaban en una u otra ciudad en función de su responsable, pero Ciencia decidió anclarlas en Santander y Mazarrón, respectivamente, y con independencia de quién sea su responsable en el futuro. Una decisión que irritó a agentes económicos, científicos y políticos de la ciudad y que forzó una respuesta del Ejecutivo a modo de compensación.
Lo comunicó en Vigo la propia Morant, cuando anunció que la ciudad albergaría la “sede permanente de la Mesa de Ciencia Pesquera”, una entidad consultiva que se reuniría en torno a una vez al año. Por tanto, sin personal adscrito y sin infraestructura física. En esta misma respuesta remitida al Senado, incide en esta asignación. “La ciudad de Vigo albergará la sede permanente de la Mesa de Ciencia Pesquera, un órgano interministerial liderado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, para impulsar el conocimiento científico al sector de la pesca”.
En todo caso, Madrid insiste en la defensa de su decisión con una encendida valoración del trabajo del IEO cántabro. “No es un laboratorio marino más, sino el primer laboratorio que se establece en España en el año 1886 y uno de los pioneros a nivel mundial [...] que ha sabido mantener una continuidad temporal en la excelencia de su trabajo científico-técnico en relación con el mar”, apunta. En realidad, el primer laboratorio marino se ubicó en Mallorca, ya que en Santander se fijó, en efecto a finales del XIX, una estación de biología.
