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La iglesia se reinventa en Vigo: limosnas con bízum y datáfono

El Sagrado Corazón emplea un cepillo electrónico y la Colegiata también acepta tarjetas de crédito

Una mujer usa el cepillo electrónico del Sagrado Corazón Ricardo Grobas

La iglesia en Vigo se reinventa a raíz de la pandemia, que ha logrado acelerar con fuerza la transición tecnológica en todos los sectores de la sociedad. Este gremio no se libra. En el templo del Sagrado Corazón y en la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Silencio, los devotos ya pueden sacar su tarjeta de crédito para hacer donativos. Y esto es posible gracias a la presencia de un cepillo electrónico. En la Colegiata, se puede realizar este gesto de caridad de forma electrónica: a través de bízum o un datáfono –conocido también como TPV–, medios “muy transparentes” a la hora de calcular las limosnas, como reconocen desde la diócesis, y que permiten ahorrar tiempo y trabajo a la hora de contar las monedas.

El vicario episcopal de Asuntos Económicos de la diócesis de Tui-Vigo y párroco del Sagrado Corazón, Jesús Martínez Carracedo, asegura que tanto jóvenes como mayores utilizan estos métodos, ya que son “sencillos”. En su iglesia, se instaló el cepillo electrónico en septiembre de 2020 para evitar el manejo de monedas y, así, reducir al máximo el contacto en plena pandemia del COVID-19. “No pide nunca marcar el pin de la tarjeta porque son pagos por debajo de 20 euros: las opciones son 5 euros, 10, 15 o 19. Solo es marcar la cantidad y pasar la tarjeta por encima del lector”, explica.

Datáfono de la Colegiata J. Lores

Martínez concreta que, a través de este cepillo electrónico, se recolectan una media de 200 euros al mes en el Sagrado Corazón, una cifra que se ha estabilizado. “Cuando se instaló, resultó muy curioso para los fieles; les pareció bien porque es una forma de extremar la seguridad, de reducir las opciones de contagio. Las monedas pasan por muchas manos”, indica antes de señalar que este método seguirá instalado para siempre. “El banco no nos cobra por tenerlo, solo nos cobra unos céntimos por cada pago que se hace, y la gente lo está usando, entonces, se quedará. Es una forma de donar segura”, reflexiona.

El ecónomo de la diócesis no descarta que estos métodos de realizar contribuciones a las iglesias se extiendan a otros templos. Destaca que la urgencia era mayor cuando el COVID estaba causando más estragos. Concreta que el dinero que llega a la parroquia se destina a la organización de actividades con jóvenes y mayores, caridad, hacer frente al pago de la factura de la luz, realizar obras o costear el mantenimiento. “Si son colectas específicas de Domund o Manos Unidas, por ejemplo, lo recaudado va en su totalidad a los objetivos marcados por esa fecha o entidad”, apostilla.

Recuerda que cualquier devoto de las 276 parroquias de la diócesis puede efectuar donativos en la web www.donoamiiglesia.es. Debido a la disminución de la asistencia de fieles al culto, desde la diócesis, motivada por la Conferencia Episcopal Española, se impulsaron nuevas vías de recaudación económica para poder seguir desarrollando la labor asistencial y caritativa. Por ello, se potenció este portal, que existe desde el año 2016. Las aportaciones a través de esta web han crecido exponencialmente a raíz del COVID: en 2016, se recaudaron en Vigo-Tui 890 euros; en 2019, 2.510; y, en 2020, el guarismo se disparó hasta los 34.144 euros.

Los ingresos de la diócesis suman casi 9,6 millones

9.590.289,14 euros. Es la cantidad que se corresponde con los ingresos obtenidos por la diócesis de Tui-Vigo en 2020. Es una cifra menor que la registrada en 2019, 10.578.331,82 euros. Uno de los motivos es, como no puede ser de otra manera, la pandemia del COVID-19, que dejó heridas en las cuentas de la Iglesia, al igual que en otros tantos sectores.

Desde la diócesis, destacan que tuvo especial incidencia la disminución de las aportaciones en las colectas dominicales debida a la reducción de la asistencia al culto durante el año 2020 y parte del 2021 por la pandemia y el fallecimiento de algunos fieles –hay que tener en cuenta que la mayoría de los devotos que asisten a misa son personas de avanzada edad–, y la implementación de nuevas vías de donación, como el portal Dono a mi iglesia –www.donoamiiglesia.es–, los cepillos electrónicos, el bízum o los datáfonos, que permiten realizar pagos sin contacto. “Aunque todavía no contamos con datos finales del último ejercicio económico, se prevé un aumento de los ingresos en el año 2021 respecto a 2020 motivado por la vuelta a la normalidad del culto y la eficacia de estos nuevos medios”, apuntan fuentes de la diócesis de Tui-Vigo.

El vicario episcopal de Asuntos Económicos de la diócesis, Jesús Martínez Carracedo, explica que la mayor parte de los ingresos proceden de los donativos que los fieles realizan en las parroquias. Otras fuentes son la aportación de la gente que marca la opción de destinar un 0,7% de sus impuestos a la Iglesia en la declaración de la renta; la prestación de servicios a hospitales, prisión o cementerios; o el rendimiento de bienes en alquiler –la parte del Seminario que utiliza la Escuela Universitaria de Magisterio de la CEU, el parquin de la gasolinera de Alcampo de la avenida de Madrid o viviendas–.

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