El vuelco de un coche en la VG-20, a la altura del Hospital Álvaro Cunqueiro, provocó graves retenciones tanto para acudir al centro hospitalario como al Polígono de Valladares. La situación no viene solo agravada por los accidentes sino por las obras que desde hace varios meses han obligado a reducir el número de carriles de circulación y a bajar el límite de velocidad.

Y es que en lugar de colocar medianas rígidas, han puesto estas vallas de plástico que no impiden que un coche cruce al carril contrario en caso de accidente. Y es una vía de alta capacidad.

Tanto es así, que la gravedad de los accidentes registrados en las últimas semanas está convirtiendo a la VG-20 en una auténtica ratonera, con colas kilométricas en un vial de tránsito continuo y específico para acudir al hospital.