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Maestros al piano por partida doble

Adriana Iglesias y Raúl Rodríguez, alumnos del Conservatorio, ansían ser profesores de música tras graduarse en la especialidad

Adriana y Raúl, antes del concierto. // R. Grobas

Formarse en el Profesional y especializarse en el Superior. El fin último, convertirse en concertista. Pero de vez en cuando, por el camino encuentras otras opciones al descubrir lo complicado que resulta vivir de la música clásica. Esta es la realidad de muchos estudiantes de los Conservatorios, verbalizada en esta ocasión por Adriana Iglesias y Raúl Rodríguez, estudiantes de 3º y 4º de piano respectivamente en la institución viguesa de O Castro.

300 alumnos

Cada año, pasan por sus instalaciones cerca de 300 alumnos que buscan labrarse un futuro en el mundo de la interpretación, bien como solista, en agrupaciones de cámara, etc., pero todos son conscientes de sus dificultades. “Siempre tuve la docencia como una salida, siempre estuvo ahí, pero sí intenté dedicarme en exclusiva a los conciertos pero es complicado, mucho. En otros países tienen otra concepción sobre la música clásica, aquí falta cultura musical”, considera Raúl Rodríguez.

Combinarlo con otros trabajos

De la misma opinión es Adriana Iglesias, conocedora también de otros tantos ejemplos. “Vivir solo de esto, y aquí, resulta casi imposible. Yo tengo en mente lo de concertismo clásico pero no puedes tenerlo como única opción. Hay que tener mucha suerte, oportunidades... No puedes decir que sea cien por cien imposible pero es complicadísimo. Conozco gente que sí lo intentó, va de gira por múltiples países pero tiene que compaginarlo con otro trabajo para poder permitírselo, para compensar, en exclusividad es muy complicado”, revela la alumna de 3º de Piano del CSM.

Vocacional

Su futuro, seguramente sin saberlo, se forjó cuando solo tenía cinco año y su familia la anotó al Conservatorio, primero al Profesional, en Noia, para ya luego hacer carrera en Vigo. “Antes no sabía si me querría dedicar a esto, pero siempre supe que el piano formaría parte de mi vida. Ahora lo tengo claro, solo hago interpretación en Piano, y ninguna carrera más, es mi futuro, mi vocación... mi todo”, explica Iglesias.

Raúl Rodríguez ansía poder combinar las dos opciones. “Quiero dar clase pero también dar conciertos. Tengo claro que esta es mi profesión”, esgrime. Su vinculación con la docencia es el motor que le lleva a ensayar y perfeccionar su técnica al piano durante 6 o 7 horas al día. “Lo que quiero como profesor es, lo primero, que a los niños les guste, que disfruten, despertar su curiosidad y a partir de ahí enseñarles todo lo que sé en este campo”, argumenta el alumno de 4º del CSM.

Nas Ondas

También por los más pequeños espera empezar Iglesias para, dentro de unos años, ser ella la que esté detrás del atril que ahora tiene enfrente. “Creo que me gustaría empezar en el Profesional y ya luego más adelante en el Superior, primero la enseñanza y luego ya dedicarme al perfeccionamiento”, matiza la concertista, quien junto a Rodríguez protagonizó ayer la tercera sesión del programa de conciertos Nas Ondas, que se desarrolla en el Auditorio Martín Códax del Conservatorio Superior.

La mitad, repetidores

Los estudios del centro no distan de los de una carrera universitaria. Son cuatro años de duración, 240 créditos que superar y un trabajo fina de estudios (TFE) que todo alumno deberá presentar ante un tribunal. Muchas semejanzas pero una gran diferencia: el número de graduados al término de la promoción es mucho menor. Y es que la tasa de graduación en el Conservatorio Superior de Música de Vigo ronda el 50%, lo que implica que la mitad de los estudiantes repiten al menos un curso antes de finalizar.

Docencia en Vigo

Sin embargo, ambos ansían ser profetas en su tierra y les gustaría ejercer su vocación en Vigo. “Solo estudié aquí en Vigo, realicé algunos cursos de piano fuera, pero no me interesó estudiar allí. Considero que aquí tenemos muy buen nivel, estoy muy contenta con mi profesor y querría seguir con él hasta que termine, aunque creo que sí es beneficioso salir fuera. Es importante ver otras culturas musicales y aprender de otras perspectivas que te pueden ayudar a formar tu estilo propio”, explica Iglesias. Su compañero Raúl espera compartir aula con ella en un futuro. “Mi intención es aquí, cualquier oportunidad que me salga pienso aprovecharla”, concluye.

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