Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ángeles sobre ruedas para las personas sin hogar

La unidad de calle del Centro de Inclusión y Emergencia Social del Concello recorre en furgoneta la ciudad para asistir a los sintechos

Cristina Fernández y Antonio Rivas, ayer, charlando con un hombre sin hogar en Torrecedeira Alba Villar

“¡Hola! ¿Qué tal? ¡Somos muchos hoy, eh, Manolo!”. Así da los buenos días Cristina Fernández, educadora social, a una persona sin techo que se resguarda en una de los accesos al parking del Auditorio Mar de Vigo. FARO la acompaña en su ruta diaria por las calles de Vigo en busca de ciudadanos sin hogar. Realiza esta tarea con Antonio Rivas, técnico de integración social. Ambos forman parte de la unidad de calle, uno de los tantos servicios que se ofrecen desde finales del año 2012 en el Centro Integral de Inclusión y Emergencia Social (CIIES) del Concello de Vigo, situado en Marqués de Valterra, cuya gestión está adjudicada a Cruz Roja.

"En Vigo, atendemos a todo el mundo. Nadie se quede sin atención ni ayudas"

Abel Caballero - Alcalde de Vigo

decoration

Su función es ayudar a las personas sin hogar: charlan con ellas para conocer de primera mano su situación, se encargan de gestionarles tareas –como la renovación de la documentación, el empadronamiento o las citas médicas– y les explican las soluciones de las que disponen para no vivir a la intemperie, una labor que, desde la irrupción del coronavirus, se desarrolla de lunes a domingo tanto en horario matutino como vespertino. Para desarrollar su trabajo, recorren la urbe en una furgoneta de color blanco con el distintivo del CIIES. El firme objetivo: que "nadie se quede sin atención ni ayudas", como anota el alcalde, Abel Caballero.

Fachada del CIIES, en Marqués de Valterra Alba Villar

Según cifras aportadas por la concejala de Política Social, Yolanda Aguiar, hay una decena de ciudadanos en las calles de la metrópolis olívica que reciben la atención de los miembros de este equipo a diario. “Algunas de estas personas no quieren acceder a recursos habitacionales”, destaca Fernández. La unidad les ofrece bebida caliente en invierno y fría en verano, comida, mantas, ropa de abrigo y mascarillas. Si se lo permiten, les toman la temperatura y les comprueban las constantes vitales en determinadas ocasiones. “Si quieren acceder a un albergue, hotel u hostal, son derivados al CIIES, donde una trabajadora social les hace una entrevista antes de indicarles a qué alojamiento pueden ir. Los localizamos por referencias ciudadanas, porque ellos mismos avisan o porque los identifica la unidad de calle. Contamos con una hoja de cálculo en la que recogemos en qué situación se encuentran para, en cualquier caso, hacerles un seguimiento concreto”, asevera la edila.

Primera parada: Mar de Vigo

Con los relojes a punto de marcar las 12.00 horas, Fernández, de copiloto, y Rivas, de piloto, se suben a la furgoneta para comenzar desde el CIIES la ruta diaria, que ya está preestablecida. “La modificamos si nos llega algún aviso ciudadano para solicitar ayuda para alguna persona en la calle”, explica ella. La primera parada, Jacinto Benavente. Manolo, un hombre sin hogar, ya se acerca a la furgoneta una vez aparcan. “¿Recuerdas cuándo tienes la cita con la educadora social?”, le pregunta Fernández. “Sí, esta cabeza no falla”, le contesta con una sonrisa en la boca. “Ayer [por el jueves], por primera vez en 5 años, quiso dormir en un hostal. Se le ve más animado”, concreta Rivas. “Algunas personas no quieren alojarse en ningún sitio porque consideran que pierden el sentimiento de libertad. Si quieren fumar o beber en algún momento por la noche, lo tienen más fácil estando en la calle que en un albergue, por ejemplo. En otros casos, se debe al deterioro cognitivo”, apunta su compañera.

“Algunas personas no quieren alojarse en ningún sitio porque consideran que pierden el sentimiento de libertad"

Cristina Fernández - Integrante de la unidad de calle

decoration

El itinerario continúa por las calles Coruña y Torrecedeira, donde Fernández y Rivas se bajan del vehículo para charlar con personas sin hogar que suelen estar en estos puntos, ofrecerles bebida caliente y comida, y entregarles mascarillas. “El café es lo que más triunfa”, dice ella. El viaje termina en Carral, donde deciden parar porque ven a uno de los usuarios del CIIES sentado en el borde del escaparate de un comercio. “Hay gente que siempre está en la misma zona. Otra, no, entonces, si la identificamos, la asistimos. Es complicado encontrar a los que cambian de sitio porque, en un porcentaje muy elevado, no disponen de teléfono propio, no tienen medios para pagar la factura”, comenta Fernández. Minutos antes de las 13.00 horas, dan por finalizada la ruta. “En breve, empiezan a darse las comidas. También tenemos que gestionar ese servicio”, argumenta.

Sobre el servicio de unidad de calle, el alcalde, Abel Caballero, cree que es de valorar que personas que rechazan dormir bajo techo reciban bebida caliente, comida, asesoramiento y acompañamiento en citas médicas y gestiones administrativas.

Perfiles de los beneficiarios

Los perfiles de los beneficiarios son “muy variados”, señala Aguiar. “Hay personas que están sin hogar por circunstancias concretas: se han quedado sin empleo o se les ha complicado su actividad en la economía sumergida por la pandemia; en otras, hay un problema estructural”, detalla antes de subrayar que el Concello ya ha instado a la Fiscalía a que decrete el ingreso involuntario en albergue, hotel u hostal de tres personas que presentan problemas de salud severos: “Ya se han abierto expedientes”.

Fernández y Rivas, ayer, entrando en la furgoneta Alba Villar

La concejala de Política Social pone en valor el método que se utiliza en el CIIES: una “escalera” de integración social que persigue acompañar a las personas sin hogar a través de un proceso que tiene como finalidad lograr su plena independencia. “Hay servicio de higiene, centro de día para que puedan leer el periódico o tomar algo caliente, comedor social y albergue. Además, les ayudamos a encontrar trabajo. El siguiente peldaño es un piso básico, que está en el mismo recinto; el último, el piso de transición a la vida autónoma, ya fuera del recinto, paso previo a la vida completamente autónoma al contar con ingresos”, destaca. En 2019, año de referencia al no haber pandemia, completaron todo el proceso 23 de las 38 personas del CIIES. “Es un servicio único en toda Galicia”, añade Aguiar.

Compartir el artículo

stats