El presunto conductor kamikaze que en agosto de 2019 protagonizó una temeraria fuga entre Vigo y Porriño por la A-55 negó hoy los hechos que se le imputan en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo. “Yo no hice nada, no sabía que me perseguían a mí, nunca pensé que la Policía viniese tras de mí; creía que las luces eran de una ambulancia”, alegó, negando que aquella noche hubiese bebido.

Los hechos ocurrieron poco antes de las tres de la madrugada del 14 de agosto de 2019. El acusado iba al volante de un Renault Clio por la avenida de Madrid de Vigo cuando, en un momento dado, supuestamente aceleró, se saltó un semáforo en rojo y se incorporó a la autovía A-55. Fue en ese momento cuando se inició la persecución policial. El automovilista, relata el Ministerio Público, conducía a gran velocidad y en zig zag en dirección Meixoeiro mientras era perseguido por agentes de la Policía Nacional. 

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Un 'kamikaze' en Vigo se estrella contra un coche de la Guardia Civil tras huir 14 km de la Policía Faro de Vigo

A la altura de la salida del hospital vigués hizo un giro brusco para salir para después, con un cambio de sentido prohibido, reincorporarse de nuevo a la autovía, continuando presuntamente su conducción temeraria a velocidades de hasta 160 km/h según un agente hasta que a la altura de una de las salidas de Porriño “realizó varios giros” para entrar nuevamente en la A-55 en dirección Vigo, pero circulando en esta ocasión en dirección contraria. Así, de forma kamikaze, concreta el fiscal, condujo a elevada velocidad y haciendo maniobras para evitar ser alcanzado por las dotaciones policiales.

Embistió a un coche de la Guardia Civil

En una salida de la autovía, se encontró con una patrulla de la Guardia Civil que le cortaba el paso, ante lo que el acusado aceleró con el fin presuntamente de embestir el coche policial, que no pudo evitar el impacto. Dos guardias civiles resultaron heridos. La huida del conductor kamikaze finalizó cuando finalmente perdió el control de su vehículo y quedó aprisionado entre un muro y un talud.

La Fiscalía acusa al conductor de seis delitos: un delito de conducción temeraria, otro de atentado con medio peligroso haciendo uso de vehículo de motor, dos más de lesiones, uno de negativa a hacer las pruebas de alcoholemia y, finalmente, de conducción etílica. El automovilista se enfrenta a penas que suman 7 años y 3 meses de cárcel, 9 años y medio sin carné y el pago de más de 17.000 euros en indemnizaciones.