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El temor a efectos secundarios, principal motivo de los que rechazan vacunarse

Un porcentaje minoritario de usuarios y trabajadores de residencias del área se niegan a ponerse la inyección contra el COVID | Algún anciano lo hace por motivos médicos

Una señora de 101 años recibe la vacuna contra el COVID en la residencia Siempre Cuidándote de Tomiño. | // FDV

Las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer siguen llegando a cada vez más residencias de mayores del área sanitaria de Vigo, en las que el objetivo es inmunizar cuanto antes tanto a los usuarios como a su personal para proteger a los ancianos, el colectivo más vulnerable al virus y el más castigado desde que comenzó la pandemia. DomusVi Bembrive, Bo Día (Castrelos), Albi-Beade, Santa Ana o la residencia El Rocío son solo algunas en las que el Sergas ya ha llevado a cabo la vacunación. No todos los trabajadores y residentes, sin embargo, se están poniendo la inyección. Aunque es un porcentaje muy minoritario, lo cierto es que hay algunos que han decidido rechazar inmunizarse contra el coronavirus.

El motivo mayoritario que aluden los que toman esta decisión es el miedo a los posibles efectos adversos y secundarios que podrían sufrir tras la vacuna. “En nuestro caso han sido dos residentes los que han decidido por voluntad propia no ponerse la inyección. Para hacerlo han tenido que dejarlo por escrito, explicando sus motivos. Básicamente es porque tenían miedo a posibles reacciones y en un caso es porque había tenido mala experiencia con una vacuna anterior contra otra enfermedad, y no se quiso arriesgar”, explica María Socorro Campos, la directora de la residencia San Telmo, en Tui. También en el centro Virgen de Guadalupe, en Mos, comunicaron a la dirección del geriátrico que no se pondrían la inyección dos mayores. En este sentido, hay que señalar que todos los residentes que se niegan a someterse a este procedimiento lo hacen por su propia voluntad y no tienen ningún grado de dependencia o de demencia.

Por otro lado, llama más la atención el hecho de que haya trabajadores en alguno de estos centros para la tercera edad tampoco se quieran poner la vacuna. El caso más extremo se vivió en la residencia Siempre Cuidándote de Tomiño. El pasado lunes fue su turno para que sus mayores y sus empleados recibiesen la primera dosis de la vacuna. Dos de los trabajadores, concretamente un fisioterapeuta y un Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), decidieron no ponerse la vacuna porque, según la directora y enfermera, Inés Solleiro, “tenían miedo a hacerlo porque no tenían claro los efectos secundarios que podrían sufrir”. Lo que llamó la atención, más que rechazasen ponerse la inyección, fue el hecho de que ambos empleados presentasen una baja voluntaria por no estar de acuerdo en que el centro en el que trabajaban formase parte de la campaña de vacunación. Es decir, dimitieron por esta circunstancia. “Lo cierto es que fue todo un poco descabellado, una cosa es que se negasen a ponerse la vacuna, que es una decisión respetable, pero se marcharon corriendo como quien dice”, explica Inés Solleiro.

No obstante, hay que señalar que los que no quieren la vacuna son un porcentaje muy minoritario. Además, a algunos mayores no se les puede administrar por prescripción médica, y son los propios profesionales sanitarios los que deciden no hacerlo por precaución.

En la Consellería de Sanidade trabajan con el horizonte de finales de enero para acabar con la administración de la primera dosis en todos los centros sociosanitarios de la comunidad. En Vigo, eso supone ofrecérsela a 7.666 personas. La previsión de Salud Pública, si los envíos semanales se mantienen, es finalizar la administración de la primera dosis antes de que acabe enero. La segunda hay que ponerla 21 días después.

Solo Vigo logra desmarcarse del repunte generalizado del coronavirus en Galicia

El área sanitaria de Vigo es la única que se desmarca del repunte generalizado en la comunidad, con Santiago como principal foco de la pandemia y A Coruña con el mayor incremento de enfermos.Y es que solo la viguesa ha registrado un descenso en sus pacientes COVID, que bajan a 1.113 (-21), y logra reducir su incidencia acumulada por 100.000 habitantes los últimos catorce días por segunda jornada consecutiva después de detectarse únicamente 32 casos nuevos en 24 horas, aunque hay que señalar que el número de PCR realizadas está siendo muy menor al habitual debido a la sucesión de festivos de estas dos últimas semanas. Así, según el último balance del Sergas únicamente se han realizado 725 pruebas PCR en el último día, cuando hace apenas un mes se realizaban una media de 2.000 test diarios. Respecto a la presión hospitalaria, hay que señalar que se percibe una cierta estabilidad. Así, en las plantas de los centros sanitarios vigueses hay 61 personas ingresadas, una menos que en la jornada anterior, y en la UCI hay doce contagiados, uno más. Además, hay que destacar que once personas, entre usuarios y trabajadores, de las residencias para mayores del área de Vigo, que estaban contagiados, ya se han curado.

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