Los abogados que representan a la familia de Déborah siguen trabajando en el informe pericial que preparan para demostrar que la joven viguesa sufrió una muerte homicida. El objetivo es descartar el fallecimiento súbito, una de las hipótesis que dejó abierta la autopsia que se le practicó a la víctima en 2002. Su cadáver fue hallado desnudo y rodeado de pistas falsas en una cuneta en O Rosal, a más de 40 kilómetros de Vigo, donde había desaparecido diez días antes tras salir a correr por Samil.

Con la información que tienen en su poder procedente de la revisión de la causa y de dos informes, la pericial que prepara el equipo legal de la familia de Déborah apuntaría a que la joven falleció debido a una inhibición o sofocación mixta –asfixia por oclusión de los orificios respiratorios junto con compresión torácico-abdominal– o a causa de una sofocación con un objeto blando sobre las vías respiratorios. En ambos casos, consideran, la muerte fue causada por otra persona de forma homicida, ya que estiman que pese al estado en que se encontraba el cuerpo cuando fue hallado, hay signos que así los respaldan. La muerte criminal por sofocación fue una de las hipótesis que se apuntó en la autopsia cuando hace 18 años ocurrieron los hechos.

Otro importante dato que manejan en relación a las circunstancias de la muerte de Déborah y en función de la información recabada, los expertos consultados y la revisión de los informes forenses que constan en la causa es que a la joven se le diagnosticaron “múltiples lesiones causadas en vida”, pues había infiltrados hemorrágicos que afectaban a la cara interna del muslo derecho de la víctima, así como dos lesiones en la cara interna de la pierna izquierda y otras en el brazo izquierdo y en el antebrazo derecho.