Un extrabajador de un grupo empresarial afronta tres años de cárcel por un delito de acceso inconsentido a sistemas informáticos y por otro de descubrimiento de secretos de empresa. Supuestamente, tras ser extinguido su contrato laboral, logró redireccionar a su email personal 3.107 correos electrónicos recibidos en cuentas de la empresa. Los emails contenían datos sensibles como nóminas, contratos o información confidencial, lo que causó perjuicios.