Las restricciones a las que obliga el Covid-19 provocaron que el día de Todos los Santos de ayer fuese muy distinto al de años anteriores. Fue una jornada sin aglomeraciones en los cementerios, donde la Policía Local, como ya había hecho el sábado, vigiló que se cumpliesen las restricciones: grupos familiares reducidos y estancias máximas de 30 minutos. Muchos vigueses ya optaron por llevar flores a sus seres queridos en días previos a la jornada festiva de ayer.