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Los extrabajadores de GEA: "Queremos cobrar y cerrar este capítulo"

El juzgado citó a declarar a los dos empresarios denunciados por impagos, que guardaron silencio y piden su archivo

Los extrabajadores de la antigua fábrica de GEA, junto a su abogado, este pasado viernes. // M.G.B.

En el año 2002, cerca de 200 trabajadores de las antiguas fábricas de GEA cedieron los terrenos del complejo cerámico de Coruxo y Cabral a la promotora Nearama Group vinculando el precio de la venta a la aprobación del PXOM, que llegaría en 2008. Lo que seguro nunca pensó este grupo de empleados es que una década después siguieran sin cobrar los casi dos millones de euros que les correspondía por dicha cesión.

Tras instar varios procedimientos civiles, dos sentencias dieron la razón a los antiguos trabajadores del grupo empresarial. Y a pesar de que ambos procesos ya están en fase de ejecución, los litigantes siguen sin recibir su dinero. Cansados ya de esta situación, interpusieron una denuncia. La querella fue presentada frente a dos empresarios para dilucidar su implicación en un presunto delito de falsedad documental: los denunciantes alegan que se "simuló" un contrato con la única intención de obstruir la ejecución judicial instada para cobrar la deuda.

La magistrada del Juzgado de Instrucción 7 de Vigo citó a través de videoconferencia a los dos empresarios investigados este pasado viernes 9 de octubre; sin embargo, ambos se acogieron a su derecho a no declarar. Frente a su decisión de guardar silencio, sí remitieron a la sala instructora dos escritos; uno requiriendo el archivo de las actuaciones y otro en el que sostienen que la competencia del mismo le correspondería a los tribunales de la capital madrileña.

Frente al edificio judicial, y esperando atentos las directrices de su abogado, el letrado vigués Tomás Santodomingo, una veintena de estos extrabajadores se reunieron el pasado viernes para conocer el devenir de este nuevo pleito por vía penal. Mercedes es una de ellas. Trabajó más de 30 años en la antigua fábrica de Cabral y lleva desde 2001 esperando, como tantos otros, por su dinero. "Después de que nos quedásemos sin trabajos, pasasen tantos años y tantas historias y para el poquito que nos deben, aún encima no nos quieren pagar. Parece que se están cachondeando de nosotros, nos están tomando el pelo", comenta, indignada.

Si bien en su cabeza no cabe la idea de "no cobrar", reconoce que el tiempo juega en su contra. "La gente cuenta con este dinero, con cobrar, está necesitada y más ahora. Nuestra expectativa es cobrar, por supuesto, casi vemos imposible que no lo hagamos. El problema es el tiempo, cuándo. Es nuestro trabajo, en mi caso fueron 30 años pero hay otros que más; llevábamos allí toda la vida. Queremos cobrar y cerrar ya este capítulo", clama.

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