El teatro Ensalle de la calle Chile ha abierto sus puertas tras el funerario paréntesis a que obligó el Covid. Tenéis funciones este fin de semana y programadas otras en septiembre y octubre, siempre a las 9 de la noche, que podéis consultar en su estupenda web así que uno, en vez de describirlas, prefiere sugerir a quienes no ocupáis casi nunca butacas teatrales que os animéis a incluir en vuestra biografía esas vidas que se recrean sobre las tablas. El arte es un respiro para emerger de esas aguas de la cotidianeidad, de esa rutina diaria a veces asfixiante, y es asequible a todos los bolsillos. ¿Cuánto tiempo hace que escribo periódicamente, cuando me da, del teatro Ensalle? Pues desde 1995, desde el mismo día de su nacimiento en Vigo en que yo vi a sus fundadores, Pedro Fresneda y Raquel Hernández, inaugurarlo, ilusionados como aterrados, tras vender lo que tenían en Madrid. Luego se han añadido otros como Artús y Bieito Rey o María Costa, y algún otro ha causado baja. Pero desde el principio mantuve, cuando veía aquella programación de privilegio que sostuvieron mucho tiempo ahora más contenida, que era un regalo para Vigo, aunque Vigo todavía no lo ha valorado lo suficiente. Otras experiencias similares han caído pero el Ensalle sigue en pie gritando su voz desde las tablas. Yo os invito a que entréis en su web y, a la vez, en el gozo del mundo del teatro.
El 'polloajillo' al Sanjiao
La Casa de la Abuela, el antiguo Linterna Roja de Canido, reabre su mercadillo el 3 de octubre viernes, sábados y domingos de 18 a 24 horas (confirmando asistencia) y para celebrarlo quedé allí para comer un pollo al ajillo mojado en Pago de Carraovejas que nos va a preparar Luis Sanjiao. Lo copia de su padre, Luis, que ya sabéis que fue marinero, hostelero, guardia civil, comerciante marisquero, árbitro de fútbol, alcalde pedáneo de Canido, promotor del CDS y de bailes como el Astoria de Cabral... También un gran cocinillas y ese pollo era el plato que en aquellos años 70 en que estaba de moda invitaba a comer a gente que pasaba por Vigo como Miguel Ríos, Juan Cánovas, directores de discográficas nacionales o gallegos de mucha historia como Gerardo Rodríguez, entonces en la radio y con discográfica gallega propia. Yo creo que Luis cocina poco y mal pero confío en que respetará la memoria culinaria de su padre y la de su madre, Sofía Alonso, una sabia refranera con cuyas máximas Luis hizo un libro y que en su desaparecido restaurante Sepia cocinaba cocochitas, merluza a la vasca, almejas, peixe sapo... de chuparse los dedos. Eso lo ha heredado el hijo de Luis, Iago, al que le gusta la cocina y la pastelería como se aprecia en su blog. A ver qué comemos.
