A vista de pájaro, Vigo no parece un videojuego. La joya aérea virtual de Microsoft, el recién estrenado Flight Simulator 2020, recrea la ciudad olívica y alrededores con todo detalle en su última versión, amén de algunos fallos en ciertos puntos. Toralla, Samil, O Castro, el puente de Rande e incluso otras zonas como Samilpuente de RandeBaiona que acaba tocando tierra en Peinador a los mandos de un ordenador o una Xbox. Si el simulador escogió la metrópoli más nutrida de Galicia para su tráiler antes de su lanzamiento, ahora se mete de lleno en su encanto.

La sensación de realismo que ofrece generalmente el Flight Simulator es tal que hasta apetece buscar enclaves como edificios, casas, caminos, calles o carreteras en el entorno vigués. En el otro lado de la balanza, el puente de Rande o Samil. En el caso del primero, por ejemplo, la recreación dista de ser una réplica, ni se le acerca, y en el segundo, aunque la forma es semejante, la zona del paseo y aledaños podrían ser de cualquier otra urbe. Otra pega, dentro de la cercana perfección, es el tráfico de los coches, que en ciertas vías simulan viajes poco realistas.

Santiago de Compostela y A Coruña, también desde el aire

Santiago de Compostela y A Coruña, también desde el aire

El usuario de YouTube que ha subido el vídeo con la metrópoli viguesa también ha experimentado la sensación de sobrevolar otras dos ciudades gallegas: A Coruña y Santiago de Compostela. En este último caso, despega desde el aeropuerto de Lavacolla y aterriza en una autovía, y durante el trayecto se puede ver, grosso modo, el mapa de la zona, pero no puntos capitales como la catedral.

A Coruña igualmente se enseña en esencia, pero no con tanto esmero como Vigo. Se perciben lugares como lo que parece ser Riazor, pero no todo un emblema, verbigracia, como la Torre de Hércules.

El Flight Simulator 2020, lanzado el pasado 18 de agosto, es el simulador aéreo más realista que existe en el mercado, según los especialistas. Alberga sobre dos millones de ciudades de todo el mundo, 1.500 millones de edificios, montañas reales, animales y unos 37.000 aeropuertos. Todo ello lo consigue mediante una tecnología de drones y de inteligencia artificial (vegetación, tráfico..).

Así mismo, permite enfrascarse virtualmente en un avión, desde un modelo ligero hasta otros de fuselaje ancho, en las condiciones meteorológicas deseadas, tanto de día como de noche.