Aboga por "relanzar" la idea de crear una red internacional en este ámbito y en la que cada institución podría tener "perfiles diferenciados y complementarios" -alimentos del mar, vegetales, cárnicos€- así como "otros ejes más transversales": economía circular, desarrollo rural o biotecnología alimentaria.

También podría reconocer a sus investigadores sénior como investigadores distinguidos sin salario, pero con plenos derechos para que puedan realizar estancias más o menos largas en otras instituciones de la red. Y facilitaría el intercambio de investigadores pre y postdoc.

Simal plantea que la red reciba fondos de las administraciones y de las convocatorias internacionales "tanto para proyectos de cooperación internacional en I+D+i como en programas de movilidad internacional".

La captación de talento debería ser el "paradigma vertebrador" de la política científica de esta red internacional: "Es una oportunidad de oro visibilizar la fortaleza de la UVigo en alimentos para que sirva de faro y atraiga a más investigadores en el área, de tal modo que nos permita avanzar en el proyecto de una red internacional de centros de investigación alimentaria con sedes físicas en distintos continentes e intercambio constante de investigadores entre todos ellos".