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Pablo Fernández Carballo-Calero: "Los pasajeros de coches compartidos están legalmente protegidos"

"Los diputados andaluces cobraban dietas y además ofrecían el viaje, ese lucro es ilícito"

Pablo Fernández. // FDV

El profesor del área de Derecho Mercantil de la Universidad de Vigo acaba de publicar con la prestigiosa Aranzadi la primera monografía en España sobre el viaje en coche compartido y el modelo de BlaBlaCar, una plataforma de la que además es usuario desde hace años.

-Cada vez más gente opta por este modelo de transporte y BlaBlaCar tiene ya más de 5 millones de usuarios en España.

-Existen otras plataformas españolas como Amovens, pero es la que tiene más impacto. Es un tema de actualidad por el boom de la economía colaborativa, pero no existía ningún estudio monográfico al respecto. El de BlaBlaCar es un modelo de economía colaborativa estricto porque no existe un lucro. Hay un bien infrautilizado que es el vehículo con plazas libres y los viajeros contribuyen a los gastos de un desplazamiento que el titular realizaría igualmente. Tal y como sentenciaron el Mercantil de Madrid y la Audiencia Provincial tras la denuncia de Confebus, es una plataforma intermediadora que no necesita licencia para operar. Al contrario de Uber, por ejemplo, que también presta un servicio de transporte.

-¿Cubre la legislación actual todas las posibles problemáticas?

-Lo fundamental es que el modelo es perfectamente legal siempre y cuando los conductores no tengan un lucro. Y los pasajeros están totalmente protegidos. Los conductores deben tener un seguro de responsabilidad civil obligatoria y, si no fuese así, intervendría el consorcio de compensación. Pero además la plataforma tiene un seguro adicional de cobertura con Axa para poder llevar al usuario a su destino si se quedase tirado durante el viaje. Además, si el conductor no aparece se le devuelve el dinero al usuario y si es éste el que no cancela el viaje en el plazo fijado lo pierde. Además existe un sistema de valoración en la página web, muy típico de la economía colaborativa. Y BlaBlaCar se reserva el derecho de expulsarte si tienes más de 3 valoraciones con menos de 3 puntos. Al final, este sistema de valoración promueve la responsabilidad. La plataforma se ha ido haciendo cada vez más seria para crear un clima de confianza.

-¿Ha habido denuncias de usuarios?, ¿recomendaría ir a los juzgados si no se llega a un examen o se pierde el avión?

-Los problemas por la prestación del servicio se quedan en el ámbito interno porque se pueden reflejar en esa valoración. Es bastante improbable que la gente acuda un juzgado, por los gastos que implica y porque no obtendría mucho más que el dinero que pagó. Para mí, existe un contrato de transporte privado entre particulares cuyo incumplimiento daría lugar a responsabilidad contractual y, por lo tanto, se podría ir a un juzgado. Pero todavía no se ha dado en la práctica.

-Dos diputados andaluces que cobraban dietas tuvieron que dimitir tras conocerse que compartían su vehículo.

-Si un conductor cobra más de lo que debería ya no estaría haciendo un transporte privado particular y entonces tanto él como BlaBlaCar necesitarían licencia. Los diputados cobraban dietas que ya cubrían los gastos y además ofrecían el viaje, ahí ya hay un lucro que no es legal. Hubo un caso bastante curioso de un conductor que fue monitorizado por la Dirección de Transportes de Madrid durante 5 meses y al que se le impuso una sanción de 4.000 euros por incumplir la ley porque lo que cobraba excedía los gastos de desplazamiento. También fue sancionada la plataforma y la Audiencia Provincial ratificó la decisión. Viene a demostrar que no quedan al margen de la ley, aunque sea difícil controlarlos. También se planteó qué se incluía en los costes y yo estoy de acuerdo en que solo sea el combustible y los peajes.

-Cuanta mayor seguridad ofrezca, más gente optará por este modelo de movilidad más sostenible.

-Es un modelo correcto si se mantiene como debe ser y que, por tanto, habría que promocionar. Se contamina menos y también es una opción para zonas geográficas a las que no llega el transporte tradicional en autobús o tren.

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