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Las navieras programan nuevas rotaciones en Vigo para dar salida a los coches de PSA

Veiga confía en los espacios recuperados en la terminal para evitar colapsos a corto plazo - Insiste en la necesidad de ampliar y ganar línea de atraque

Vehículos de PSA-Vigo a la espera de embarque en Bouzas. // R.G.

Las navieras que prestan servicio a Gefco en Vigo ya están programando nuevas rotaciones para dar salida a la producción récord que se espera de PSA este año, que podría llegar a los 600.000 coches si los mercados acompañan. El Puerto confía en que con esta medida y los espacios ya ganados mediante retranqueos y reubicación de actividades en la terminal de Bouzas se eviten posibles colapsos, aunque a medio plazo considera imprescindible la ampliación de la plataforma Ro-Ro para ganar terreno y sobre todo línea de atraque.

El presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique López Veiga, reconoce que el contacto con PSA-Vigo es constante y celebra que este 2020 la fábrica vaya a poner a prueba la capacidad de Bouzas. El próximo lunes día 20 se pondrá en marcha un nuevo turno de noche en Balaídos para el SUV 2008, con lo que la factoría volverá al punto de partida anterior a la crisis, cuando producía coches de lunes a domingo con tres turnos en sus dos líneas, con una media diaria de 2.300 unidades. PSA tampoco descarta que sea necesario un cuarto turno de refuerzo, por lo que con mucha probabilidad se batirá el récord histórico del motor vigués: los 547.000 vehículos ensamblados en 2007.

El fortísimo incremento de los volúmenes (2019 se cerró por encima de los 400.000 coches) supone un reto para el Puerto y en general para toda la cadena logística que abastece a la cadena tractora del sector. En el caso de la terminal Ro-Ro, el desafío es mayor porque a la vez que crece la producción en Vigo aumentan los tráficos de otras marcas, tanto de entrada como de salida, lo que podría poner a los muelles en un aprieto si se repiten episodios de fuertes temporales o incluso averías que obligasen a los vehículos a permanecer más tiempo de lo necesario en Bouzas. Ya ocurrió con un problema de mecánica que llenó la terminal y obligó a buscar alternativas -se planteó incluso llevar los coches a las plantas en desuso del parking de AENA en Peinador- o más recientemente, con la cadena de borrascas que retrasó la llegada de los buques y a punto estuvo de colapsar el embarcadero Ro-Ro.

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