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El testimonio del guardia civil que vio a la pareja en el portal poco antes del apuñalamiento, clave en el dictamen

Junto a los hechos declarados probados, que, con la excepción de la no aceptación de la circunstancia agravante de género, coinciden con la tesis expuesta por las acusaciones en el juicio, el tribunal popular explica en el veredicto los "elementos de convicción" que tuvieron en cuenta para llegar al dictamen de culpabilidad.

Para el delito más grave, el de asesinato, fue clave para el jurado el testimonio del guardia civil que, casualmente, pasó por la avenida de Madrid aquella madrugada del 17 de diciembre de 2016 poco antes del crimen. El agente relató en la vista que vio a una pareja, concretamente a una chica diciendo 'vete, por favor' a un joven alto, delgado y con barba de días. El tribunal da por probado que fue César quien abordó a Ana en el portal de su edificio por la declaración del guardia ya que la descripción que aportó "coincide con los rasgos físicos del acusado". Y para acreditar que fue Adrio quien a continuación apuñaló a la víctima también tiene en cuenta este testimonio, así como el informe de la Policía Científica sobre los restos de sangre de la fallecida que había en el coche del vigués y que él ADN de éste apareciese en la ropa que vestía ella aquella noche.

Los testigos del entorno laboral y familiar de encausado y víctima, la propia declaración de César, la del novio de toda la vida de la joven, transcripciones de conversaciones de WhatsApp aportadas por la Policía Nacional, los informes de las forenses y más periciales son otras evidencias en las que se sustentó el jurado para dar por probadas el resto de circunstancias que incluyen en el veredicto.

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