El Consorcio de la Zona Franca de Vigo tiene nuevos motivos para despuntar como referente entre sus seis hermanas españolas. Ninguna resiste la comparación respecto a su músculo financiero y capacidad para desarrollar inversiones. Los 80 millones aprobados en julio para el ejercicio de 2020 -"los presupuestos ambiciosos de la historia", según su responsable, David Regades- aventajan, y mucho, a las previsiones económicas trazadas por los recintos de Barcelona, Cádiz o Santander, las más consolidadas; y desde luego respecto a las de Sevilla, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, que figuran como las más primerizas.
La diferencia con la Zona Franca barcelonesa (con un espacio principal tax-free de 160.000 metros cuadrados y con industrias como las plantas de Seat-Volkswagen y Nissan) es hasta cuatro veces superior. En un Plenario presidido el pasado martes por la alcaldesa, Ada Colau, dio luz verde a partidas de inversiones por valor de 20,4 millones y a un horizonte de beneficios de 8,2. Además, se contempló un incremento del 5% en la cifra de negocio hasta alcanzar un volumen total de 51 millones.
En Vigo, mientras, la planificación es a varios años vista. En verano Regades desmenuzó un escenario de gasto de 340 millones hasta el final de mandato, en 2023. Los primeros 80, correspondientes al ejercicio que está a punto de arrancar, financiarán proyectos como la transformación del parking robotizado de A Laxe, la compra y reforma de dos edificios para la apertura de centros de negocios, su apoyo al proyecto de La Panificadora o el respaldo a las obras de la ETEA en Teis, además de tener en cartera para el futuro la ampliación del polígono de Balaídos y del Parque Tecnolóxico e Loxístico (PTL).
A favor del organismo asentado en Vigo juega el hecho de ser, hasta hace muy poco tiempo, la única Zona Franca, junto con Cádiz, con acceso al conocido como recurso financiero: esto es, la capacidad para recaudar parte del Impuesto de Sociedades de las empresas ubicadas en sus espacios. Como PSA, para la capital olívica. La Ley de Presupuestos de 2018 extendió la ventaja a todos los consorcios de España. Pero los números de Cádiz también se quedan lejos de los guarismos vigueses.
Según los cuadros presupuestarios a los que ha tenido acceso FARO, la Zona Franca gaditana, después de haber consignado a inversiones 21,5 millones en 2019, estima que empleará 15,5 millones en 2020 y 14 en 2021 -las cifras son todavía provisionales-. Lejos está también Santander, con 15.100 m² de instalaciones propias. En la capital cántabra el volumen inversor oscilará en torno a los 1,2 millones, mientras que los ingresos previstos rondarán los 2,5 millones, según fuentes del organismo.
La otras zonas
Un escalafón por debajo se sitúan el resto de zonas francas. Sevilla, una de las últimas en florecer -con unas 15 empresas-, es otro recinto enfocado al futuro. Después de la autorización de Hacienda, el departamento liderado por la ministra María Jesús Montero, para disponer de un segundo recinto tax-free (para sumar hasta 1,1 millones de m²) el Consorcio hispalense destinará 300.000 euros para el vallado y la integración de los espacios de Torrecuéllar y Astilleros. Según fuentes consultadas, de los 2 millones que el Estado le ingresó para su arranque, todavía queda "dinero en caja". En el primer trimestre de 2020 está prevista la reunión del Pleno para abordar el presupuesto.
La Zona Franca de Las Palmas de Gran Canaria -de 300.000 m² de superficie- está perfilando un presupuesto cercano a los 600.000 euros, de acuerdo con los cálculos de Gabriel Corujo, su responsable. Corujo, en conversación con este diario, explica que la cantidad se nutres de los 150.000 euros aportados por el Ayuntamiento, una inyección de entre 150.000 y 200.000 euros del Cabildo, más los 200.000 que están en juego por parte del ejecutivo insular. A ellos se incorpora un plus de 40.000 euros del Puerto canario.
Corujo es uno de los que opinan que la Zona Franca de Vigo es "absolutamente la referencia" en España: "Nos queremos parecer a Vigo", recalca. En ella se inspira a la hora de desarrollar un modelo de "adquirir activos y suelo, y desarrollaros". "No depender solo de aportaciones". Como Vigo. En su caso, no obstante, cuenta con el hándicap de tener rebajada, por el factor insularidad, la tributación del Impuesto de Sociedades al 4%, por lo que se reduce el impacto en las cuentas del recurso financiero.
El reflejo de Vigo llega a otro punto de Canarias. "Es un de los espejos en los que hay que mirarse", asume el delegado de la otra Zona Franca del archipiélago, Moisés Romero. Con un presupuesto anual de unos 300.000 euros y nueve empresas operando en sus dominios (del naval o del sector químico) espera por la activación del recurso financiero para engrosar sus recursos.
