A base de horas y horas de investigación, de quemarse las pestañas ojeando viejos legajos, bucear en archivos y publicar libros, los miembros del Instituto de Estudios Vigueses (IEV), junto a otros muchos autores gallegos, han logrado con el paso de los años diluir uno de los falsos tópicos que pesaba sobre Vigo: el sambenito de que era una ciudad sin historia, una urbe que -en contraposición con otras villas vecinas, como Tui, Baiona o Soutomair- apenas merecía la atención de los cronistas. Quedan sin embargo "puntos oscuros" de la historia local sobre los que aún hay que arrojar luz. En 2018 José Ramón Cabanelas, investigador y miembro del IEV, publicó un libro que ahonda en uno de esos capítulos brumosos: la Primera Guerra Mundial. Hoy hablará en clave local de la contienda durante una conferencia que se celebrará a las 19.30 h en uno de los espacios de Vigo que, precisamente, chorrean historia: la sala-hemeroteca de la Escola de Artes e Oficios (EMAO), en la calle García Barbón.
-La Primera Guerra Mundial sacudió los cimientos de la vieja Europa. ¿Cómo se sintió en Vigo?
-De una forma brutal que hasta ahora desconocíamos. La gente me preguntaba si había ocurrido algo en Vigo durante la Primera Guerra Mundial y durante mi investigación me he dado cuenta de que cambió totalmente el ritmo de la ciudad. Hay que pensar, por ejemplo, que aunque el movimiento de mercancías en tren que salían por el puerto cayó a niveles de 30 años atrás; las conserveras, astilleros o toda la industria auxiliar, como la metalúrgica, experimentaron un crecimiento brutal gracias a la cantidad de mercancías que se exportaron a los países beligerantes. Por ejemplo, Barreras empezó a fabricar buques tragaminas para Francia. Pero nos encontramos con una paradoja: la industria creció muchísimo, pero en cambio la población civil padeció una crisis económica sin precedentes, con la inflación disparada de forma brutal. La clase media casi no existía y a la proletaria la guerra le afectó muchísimo.
-Agravó la brecha entre la burguesía y el proletariado.
-Claro, hay que pensar que el Gobierno ocultaba la bonanza de las exportaciones a los países beligerantes. España fue el segundo país del mundo que más se benefició de la Primera Guerra Mundial, por detrás de Estados Unidos. En cambio el Gobierno ocultaba esos datos porque había una inflación brutal. Si tú decías que España iba bien y en cambio la gente veía que escaseaban la harina, el carbón? Hubo un desfase en la sociedad.
-¿Pasó hambre la gente? ¿Hubo contestación en la calle?
-Efectivamente. El punto álgido se alcanzó al año y medio del inicio de la guerra, en 1916. El Gobierno municipal organizó una manifestación para protestar por la carestía de productos de primera necesidad. La flota pesquera de Vigo, por ejemplo, estuvo varada bastante tiempo por lo caro que era el carbón y la escasez. Salir a faenar era más caro que la propia mercancía que traían a bordo. En 1916 asistió a la manifestación más de la mitad de la población y se paró Vigo.
-¿Qué papel jugó disponer de una ría y puertos privilegiados, con un intenso tráfico internacional?
-En el año de inicio de la guerra, en 1914, Vigo era el puerto número uno de España en movimiento de pasajeros. El medio de transporte mundial era el transatlántico. La aviación no existía. Se vio muy afectado porque compañías navieras importantes, como las alemanas, dejaron de circular. La gente tenía miedo a viajar en transatlántico. Vigo era también el centro número uno conservero de España. Al principio de la guerra hubo prohibiciones de exportación y la empresa viguesa se resintió.
-¿Y tener oficinas de telegrafía de Alemania e Inglaterra?
-La primera ciudad de España a la que afectó la Primera Guerra Mundial fue Vigo porque la primera acción hostil de Inglaterra contra Alemania fue cortar precisamente los cables submarinos que entraban en el Mar del Norte. La oficina internacional del Cable Alemán de Vigo quedó incomunicada. La comunicación con Alemania se perdió, lo que llevó a los alemanes a recurrir a la radiotelegrafía mediante una antena en el monte del Castro. También hubo un impacto social, como la confrontación de las dos colonias en Vigo, tanto la británica como la alemana. Hay que pensar que 11 buques de los imperios centrales se quedaron en la ría. A su tripulación se suma la colonia ya asentada. Enfrente tenían la colonia británica. El espionaje era brutal. Los alemanes se centraban en abastecer submarinos y los espías en denunciar.
-¿Cómo era la relación entre las colonias de los diferentes bandos?
-Antes del estallido de la guerra había una relación muy buena entre alemanes, británicos, franceses... Automáticamente al declararse la guerra los alemanes empezaron a ser reticentes con sus propios compañeros. Antes de la guerra había muchas competiciones deportivas y tras la guerra eso se paró.
-Por la ciudad llegó a pasar incluso Mata Hari, una de las grandes espías de inicios del s. XX.
-Sí, de hecho Mata Hari, antes de ser fusilada en 1917, dejó constancia de que en Vigo le habían propuesto trabajar para los rusos. Tenemos que pensar que en todos los consulados que había en la ciudad, en todos, se ejercía el espionaje.
-Sobre la Segunda Guerra Mundial han corrido ríos de tinta, incluso a nivel local. El IEV tiene varios libros publicados sobre esa época en la ciudad. ¿Por qué no ocurre lo mismo con la primera?
-La Primera Guerra Mundial se conocía como Gran Guerra, fue la primera con submarinos, aviones, ametralladoras, gas venenoso? Pero nos cogió desprevenidos. En la segunda el mundo ya estaba preparado y fue devastadora. Sin embargo sin la Primera Guerra Mundial no hubiera existido la segunda. La segunda fue consecuencia de que se cerrase mal la anterior.
