La Zona Franca de Vigo pone su particular grano de arena en la lucha global contra el cambio climático actuando sobre tres ámbitos: ahorro energético, autoconsumo y uso de una energía 100% renovable.
| Ahorro energético. Sin renunciar al confort de sus usuarios (las empresas), el Consorcio ya ha acometido importantes inversiones en materia de renovación de luminarias (se ha sustituido la iluminación convencional por leds de bajo consumo), sistemas de climatización (logrando incluso la clasificación energética A) o mejorando la envolvente térmica de sus edificios, entre otras.
| Autoconsumo. La generación de su propia energía con paneles fotovoltaicos es otra de las vías que está explorando el Consorcio. Edificios como el Centro de Negocios y el Aeroespacial de Porto do Molle, las naves bioclimáticas, el Centro de Servicios del PTL (Valladares) y la Nave H ya cuentan con este tipo de paneles. La potencia máxima generada del conjunto de instalaciones, cuando se pongan en marcha en las próximas semanas las naves bioclimáticas de Nigrán, será de unos 200.000 Kwh/año, el equivalente al consumo anual de 200 personas, ahorrándole a la atmósfera la emisión de unas 80 toneladas de CO2 al año. Una vez suprimido el "impuesto al sol", la intención del ente que pilota David Regades es duplicar la potencia instalada.
| Energía limpia. El Consorcio está a punto de conseguir la acreditación que la convertirá en la primera entidad pública española que compra energía 100% renovable de forma directamente en el mercado eléctrico (sin comercializadoras ni intermediarias). Esto aumentaría el valor de los puntos de recarga de vehículos eléctricos que la Zona Franca está a punto de licitar en todos sus polígonos, asegurando y certificando que los coches y motos que se recarguen en las electrolineras del Consorcio utilizan energías 100% renovables (que no procedan de la quema, por ejemplo, de combustibles fósiles).
