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Andrés Vázquez Piñeiro. // A. Villar

Andrés Vázquez Piñeiro: "Los mayores que viven solos corren mayor riesgo de enfermar"

"La soledad es el paso previo a la exclusión social", avisa

Andrés Vázquez Piñeiro, médico gerontólogo especializado en cuidados paliativos, protagoniza este mes la segunda edición de las jornadas de envejecimiento activo organizadas por la asociación de vecinos de O Calvario. El doctor analiza el fenómeno de la soledad en la tercera edad.

-¿Cómo afecta la soledad a las personas mayores?

-Tenemos que hablar de tipos de soledad, no hay solo una. Hay gente que quiere vivir solo, pero también los hay que no quieren y que están solos de forma forzada. Vivir, sentirse, y estar solo es el paso previo a la exclusión social. Más del 22% de la población mayor de 65 años está, vive y se siente sola. El estar cercano a la exclusión social provoca un mayor riesgo de padecimiento de enfermedades, mentales y físicas. La soledad también provoca un incremento del índice de mortalidad.

-¿La soledad en la tercera edad ha ido a más?

-Absolutamente. Es un fenómeno que se produce por varias razones. La primera es que vivimos más. Las mujeres tienen una expectativa de vida de diez años más que los hombres, y muchas se quedan solas con la viudedad y la emancipación de los hijos. Hay países que están en alerta ya por esta situación, en Inglaterra por ejemplo han creado ya un Ministerio de la soledad.

-¿España debería estar en alerta por este fenómeno?

-Sí. España tiene un plan estratégico de intervención en personas mayores, pero ningún capítulo trata de la planificación sobre la soledad. Deberíamos empezar a saber cuántas personas están solas y a partir de ahí configurar estrategias para que quienes no quieran vivir en soledad se puedan acoger a esos programas que multitud de asociaciones ya están ofreciendo. Hay que hacer una estrategia específica sobre la exclusión social de las personas mayores.

-¿Qué opina sobre el programa de cuidadores de barrio del Concello de Vigo?

-Es extraordinariamente beneficioso, porque detecta claramente la soledad y trabajan con esas personas, las apoyan, las ayudan y las socializan.

-¿Hay pocos programas de atención específica personas mayores que viven solas?

-Si, hay pocos. Aunque es cierto que hay asociaciones que están actuando en este sentido. También los servicios sociales, que tienen un sistema de detección de estos casos.

-¿Cuáles son los barrios de Vigo más afectados?

-Todos, aunque O Calvario por ejemplo tiene una población envejecida por encima de la media. Pero también otros como el Casco Vello o Teis también tienen un problema de soledad no elegida.

-¿Cree que la sociedad está concienciada frente a este problema?

-No, porque la sociedad es muy gerontófóbica. Llegado un momento, la persona mayor está al margen y es aislada. La gente solo se conciencia cuando un mayor que vive solo muere.

-¿La ley de dependencia está funcionando?

-Funciona a nivel de dependencia, pero el problema de la soledad es otra cosa. ¿Cómo vivo? ¿Dónde vivo? Eso no está valorado como dependencia.

-¿Las residencias son una solución adecuada?

-Son una salida institucional, pero por ir a una residencia no vas a dejar de sentirte solo. No todo el mundo que vive acompañado se siente acompañado.

-¿Cómo se podría remediar esta situación?

-El barrio en el que vives debe impulsar sistemas amables para atender a esa posible soledad no querida. Si tienes actividades comunitarias, esa persona podrá ir a hacer trabajos de memoria, cantar en una coral... en definitiva, sentirse integrada en la comunidad.

-¿Los hijos se desentienden cada vez más de sus padres?

-La familia como soporte está en un momento de tremenda quiebra. Las estadísticas están ahí. Esa quiebre social tiene razones lógicas.

-¿Cuáles serían esas razones?

-Laborales sobre todo. La movilidad en el trabajo tiene mucho que ver. Una persona de 70 años que tiene tres hijos puede tener a uno trabajando en Barcelona, otro en Madrid y el otro en Londres porque aquí no encontró trabajo. Si a esa persona se le muere el marido, le queda una pensión de viudedad de cuatrocientos euros y sin ningún otro recurso con el que vivir. Las redes familiares que antes había cada vez son menores porque las familias cada vez son más pequeñas.

-¿Mucha gente muere sola?

-Sí. Y en Vigo también.

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