La supresión de esta nueva frecuencia en la línea de autobús Vigo-Madrid se produce, a juicio de los responsables del comité de personal de la compañía, por la "falta de potenciación" del servicio por parte de la empresa. "Se está dejando morir el servicio. En lugar de promocionarlo, se está empeorando, con lo que la demanda también cae. Los autobuses, con más de 10 años y hasta 2.000.000 de kilómetros, tienen averías constantes, muchos ni siquiera tienen enchufes o wifi, no se sacan bonos descuentos, en la estación hace años que no hay taquillas... Así es imposible mantener o mejorar la demanda", critica Jaime Barros, presidente del comité en Vigo.

Domingo Cruces, miembro de la ejecutiva de Comisiones Obreras y exdelegado del comité en la ciudad olívica, también apunta a una "dejadez" de la empresa por potenciar la línea. "No hace nada para captar viajeros. Antiguamente los autobuses tenían una duración máxima de 4 años. Los actuales están destrozados y tienen 10", afirma. "El problema no solo es la competencia del tren", subraya.