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El refugio felino, al borde del colapso

A la espera de mudarse a Gondomar, las instalaciones de Proyecto Gato en Coia están desbordadas: los animales recogidos duplican la capacidad máxima del recinto

Arriba, una voluntaria con gatos en el refugio. Abajo, felinos amontonados en uno de los módulos. // FdV

El refugio felino de Vigo impulsado por la asociación Proyecto Gato no está pasando por su mejor momento. Las dificultades económicas y de espacio están haciendo cada vez más ardua la tarea de las decenas de personas voluntarias que dedican su tiempo libre a hacer la vida de los felinos más sencilla. Y es que la instalación, situada en Coia, está desbordada de animales hasta el punto de que prácticamente doblan su capacidad máxima. En cada módulo, que está preparado para unos 20 gatos, hay actualmente más de cuarenta. La irresponsabilidad de los dueños, con camadas descontroladas y abandonos, ha llevado a esta situación límite a Proyecto gato. "El problema es que la gente no castra a sus animales", lamenta Fátima Lago, miembro de la asociación.

Este hogar felino no reúne además las condiciones necesarias para los gatos, que sufren altísimas temperaturas en verano y soportan un frío insoportable en invierno. Además, la luz natural en las instalaciones es escasa.

Esta situación, sin embargo, es temporal, pues está previsto que Proyecto Gato se traslade a inicios del próximo año a una nueva ubicación, en Gondomar, en una nave más grande. No obstante, para que esa mudanza sea posible, el colectivo está realizando obras imprescindibles para acondicionar ese nuevo hogar, como la construcción de una fosa séptica, y que ascienden a más de 14.000 euros. Por no hablar del alquiler (que no obstante es inferior al actual) y de otros gastos que tendrán que afrontar, lo que han sumido a la entidad en una importante falta de liquidez.

A la espera de firmar un convenio con el Ayuntamiento de Gondomar, de momento la asociación no recibe ayuda alguna por parte de las administraciones públicas, por lo que tiene que afrontar en solitario todos sus desembolsos. Y no son pocos. Gastos veterinarios, alimentación... Las facturas se disparan y Proyecto Gato ha tenido que solicitar ayuda a la ciudadanía en forma de donaciones. Concretamente, ha pedido que le echen una mano abonando una factura el segundo trimestre del año que asciende a casi 7.000 euros, sumando medicaciones, gastos veterinarios y compra de piensos. Hay meses que tienen que abonar facturas que superan los 5.000 euros, unas cifras inabordables en muchos casos y que provocan que la cuenta de la entidad esté en números rojos.

¿Y si no reciben ayuda de las administraciones cómo se financian? Pues a base de las cuotas de sus socios (cuatro euros mensuales), de las donaciones, la recaudación conseguida con eventos como mercadillos solidarios o conciertos o, ahora, con el inicio de la venta de lotería de Navidad.

Entre los servicios que ofrece Proyecto Gato está el de la esterilización. Muchos particulares llegan a primera hora de la tarde con sus mascotas y los recogen esa misma noche. En muchos casos, realizan el servicio de forma gratuita. "Además, cuando nos llega un felino adulto abandonado, tenemos que esterilizarlo, vacunarlo...", explican desde la asociación.

Decenas de voluntarias participan en Proyecto Gato. No solo en el refugio, sino trasladando a los animales a las familias de acogida y en numerosas tareas.

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