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Una pequeña fábrica para la industria 4.0

El Laboratorio Ricardo Marín, precursor en la transferencia y el uso de la mecatrónica y la robótica, cumple 25 años

Julio Garrido (de pie), director del laboratorio, con otro de los investigadores. // José Lores

Una pequeña fábrica dentro de una escuela de ingeniería centenaria y precursora desde hace más de dos décadas de las actuales tecnologías de la industria 4.0, la mecatrónica y la robótica. El Laboratorio Ricardo Marín cumple 25 años manteniendo su intensa relación con la industria y formando a los alumnos en un entorno "gemelo" al que les aguarda en el mercado laboral.

Su fundador llegó a Vigo en 1981 desde Sevilla para poner en marcha el departamento de Automática, creó su propio equipo de investigación, impulsó las jornadas JAI y abrió un Laboratorio de Manutención e Informática Industrial en el que diseñó sistemas de almacenamiento para empresas como Citroën o Renault. Falleció en 2013, con solo 51 años, pero su apuesta por la transferencia y la innovación se mantiene muy viva.

El actual director del grupo y el laboratorio, Julio Garrido, destaca que la "primera instalación relevante" llegó en 1994. Un almacén automático de piezas en el marco de un proyecto de colaboración con la empresa viguesa Esypro que "marcó y caracterizó" su desarrollo posterior. "A este primer transportador le siguieron otros prototipos para el movimiento y almacenamiento de piezas, lo que ha permitido que pueda verse como una miniplanta industrial dentro de la propia escuela ", subraya su responsable.

La mayoría de los conceptos integrados en la industria 4.0 ya existían antes de que el término se acuñase en Alemania en 2013. "Este nuevo enfoque ha supuesto la asimilación de tecnologías de otros ámbitos, como las TIC, así como una creciente concienciación de las ventajas que aporta", explica Garrido.

Pero muchos de esos avances, como los sistemas mecatrónicos avanzados y robóticos, añade, son resultado de la "evolución natural" del Computer Integrated Manufacturing, un planteamiento "que ya marcaba la línea de investigación del grupo de Marín en el momento en el que se empezó a trabajar en el laboratorio".

La relación con las empresas sigue siendo "muy intensa" y "continuada en el tiempo", de forma que ha fructificado "en muchos proyectos con la industria que redundan directamente en la docencia y la empleabilidad de los alumnos".

Entre las iniciativas actuales de transferencia, Garrido destaca dos en desarrollo. Una está relacionada con la generación automática de gemelos digitales de sistemas de robots móviles industriales. Y la otra, con la digitalización de las relaciones entre una empresa y sus proveedores.

Y, en cuanto a proyectos de investigación, el grupo se encuentra en la primera fase del europeo CircularSeas, que "aborda el empleo de la impresión 3D en el ámbito marítimo y portuario bajo la premisa de emplear el plástico reciclado que proviene del mismo entorno".

Además de los prototipos logísticos y de algunas máquinas robóticas desarrolladas por el propio grupo, Garrido pone en valor los equipos mecatrónicos del laboratorio. "Somos la única universidad nacional que, desde hace cuatro año, dispone del sistema de transportadores lineales XTS de Beckhoff. Gracias a que este fabricante, en el marco de una prolongada relación, nos ha facilitado el equipamiento base sobre el que hemos completado su automatización", subraya.

No es la única marca que ha hecho posible el acceso al material más moderno y el laboratorio también se ha ido "actualizando y enriqueciendo" gracias a los proyectos de investigación y transferencia, así como a través de premios nacionales, entre ellos, los de Schneider (2014) y Omron (2015). "Lamentablemente, el mantenimiento de lo ya existente, que consume bastantes recursos, y la falta de espacio nos impiden disponer de todo lo que nos gustaría", añade su director.

Garrido evita comparaciones con otros laboratorios gallegos del mismo ámbito y destaca los "muchos y excelentes" que existen en otras áreas sin salir de la Escuela de Industriales. "Pero sí puedo decir que las comisiones evaluadoras de calidad y los docentes, investigadores y alumnos de otras universidades nacionales y extranjeras que lo visitan resaltan su singularidad y equipamiento", apunta.

Sus equipamientos de última generación soportan las investigaciones, pero también suponen una oportunidad única para los alumnos de último curso del grado de Ingeniería en Electrónica Industrial y Automática, así como de los másteres de Ingeniería Industrial y Mecatrónica. "Una de las premisas del laboratorio es que sirva para que los estudiantes trabajen con tecnologías gemelas a las del entorno industrial. El objetivo es que sepan cómo hay que automatizar no una máquina de laboratorio, sino una máquina para la industria que va a interaccionar con personas y otros sistemas. Y nos esforzamos en que conozcan las directivas y normativas de seguridad que marca el distintivo CE".

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