Las gaviotas y las palomas se han convertido en una plaga. Eso al menos es lo que denuncian hosteleros de Vigo, que subrayan los perjuicios económicos que les generan estas aves en sus terrazas durante el verano. Según la Federación Provincial de Empresarios de Hostería (Feprohos), los daños provocados llegan hasta los quinientos euros mensuales. Rompen vasos, tazas, botellas, platos... Pero no solo vajilla. Palomas y gaviotas hacen continuamente sus necesidades encima de los toldos, de las mesas y las sillas, provocando que los establecimientos tengan que gastar dinero en productos de limpieza específicos para higienizar su mobiliario, porque "no es suficiente con pasar solo un paño para eliminar los excrementos de las palomas y las gaviotas, es necesario aplicar un material específico para desinfectar".
Las terrazas del Arenal, plaza de la Constitución, Montero Ríos y las del centro comercial A Laxe son algunas de las más afectadas. "Vivimos una plaga, especialmente de palomas. Causan molestias a los clientes, porque incluso se ponen en la mesa mientras ellos están sentados. En A Laxe vive una colonia enorme de palomas y ocasionan problemas continuamente. Son lo más parecido que existe a las ratas. No hay ningún método para luchar contra esto. Los camareros intentan alertar a los clientes de que pueden ser molestados por estas aves", explica Rubén Pérez, presidente de la asociación de comerciantes y hosteleros del Náutico.
Los locales han intentado diversos métodos para espantar a las gaviotas y palomas, pero de momento todas han fracasado. El más habitual, la colocación de figuras de búhos en las terrazas para espantar a las molestas aves. Pese a que al principio funcionan, rápidamente se acostumbran a la presencia de estas figuras y acaban por perderles el miedo.
Con la finalidad de evitar los daños que puedan ser causados por estas especies, el Concello ejecuta en el término municipal de Vigo un plan de control del incremento de las gaviotas mediante campañas de concienciación ciudadana, la retirada controlada de huevos de los nidos ubicados en las cubiertas de los edificios o aconsejando a las comunidades de propietarios que instalen barreras físicas necesarias para la creación de nuevos nidos, entre otras medidas.
En los meses de verano de 2018, la concejalía de Medio Ambiente retiró 184 nidos de gaviota y 196 huevos. De palomas, por otro lado, se recogieron cinco nidos y dos huevos.
Los hosteleros denuncian que la situación se ha agravado en los últimos años. Antonio Lorenzo, encargado de la cafetería Maracaibo, alerta de que en muchas ocasiones estas aves "incluso llegan a hacer daño a los clientes". "Entre el susto que se llevan y los golpes de las alas, resulta muy engorroso para ellos sentarse en la terraza y leer el periódico o tomar algo tranquilamente. Las palomas incluso abordan a los camareros cuando llevan comida en sus bandejas. Se ponen en una de las marquesinas acechando a la espera de ver algo que quieran comer", explica Lorenzo. El encargado del Maracaibo afirma que llega a perder hasta treinta euros diarios por los destrozos que estas aves causan en la vajilla del local.
Según los ornitólogos, los meses más complicados son mayo, junio y julio, porque es la época de cría y las gaviotas buscan alimento para ellas y sus polluelos. Por eso hay que actuar antes, en abril, retirando los nidos, y actuando sobre los huevos para que no nazcan nuevas aves. Estos especialistas recomiendan a los hosteleros que no dejen comida a la vista en las terrazas y que cierren las papeleras y los contenedores cuando contengan desperdicios de alimentos.
Rubén Pérez - Hostelero
"Lo de las palomas es una plaga. Son lo más parecido que existe a las ratas"
