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La UE dedica 68 millones a la mejora del tramo luso en la línea férrea con Oporto

-Contribuirá a modernizar un trecho de 92 kilómetros entre Nine y Valença do Minho - Bruselas señala que el tren "desempeña un importante papel económico en la región"

Pasajeros del Tren Celta, en la estación de Guixar. // Marta G. Brea

La línea ferroviaria que enlaza Vigo y Oporto da un paso para entrar de lleno en el siglo XXI con ayuda de la Unión Europea. El Fondo de Cohesión de la UE destinará 68 millones de euros a sufragar la modernización del corredor entre Galicia y el norte luso. Según recoge el diario portugués Publico, el órgano comunitario contribuirá así a la segunda fase de la modernización de la línea y la electrificación de un tramo de 92 kilómetros comprendido entre Nine y Valença do Minho. Bruselas justifica su decisión por "el importante papel económico" que desempeña la línea en la región. "Esta intervención mejorará la conexión de Portugal y el resto de Europa a lo largo de la costa atlántica. Además de promover un cambio a favor de medios de transporte más respetuosos con el medio ambiente, los pasajeros y empresas podrán disfrutar de mejores enlaces a Galicia y una mayor movilidad en la zona de Gran Porto", señala el comisario europeo Carlos Moedas en declaraciones recogidas por el medio portugués.

En total la Línea del Miño recibe 125 millones de euros en fondos de cohesión para su mejora, que se prevé para 2021. Hace solo un par de semanas Portugal estrenó la primera fase de la electrificación del corredor ferroviario, lo que permitió mejorar la comunicación del norte luso. En el tramo español se dan pasos también para la modernizar la infraestructura de Adif. En noviembre de 2018, por ejemplo, Fomento anunciaba la licitación por 5,6 millones de obras para electrificar el trecho sur de Galicia, hasta Tui. En concreto, planteaba actuar en las subestaciones situadas en Guillarei, Sela y Redondela.

A pesar de esos avances, la puesta a punto de la infraestructura acumula un retraso considerable. En julio de 2013, cuando el servicio estrenó algunas mejoras, como la supresión de paradas intermedias y su actual nombre comercial -Tren Celta-, lo que permitió acortar en una hora el viaje entre Vigo y Oporto, los Gobiernos de España y Portugal garantizaron que en 2016 el trayecto podría cubrirse en 90 minutos. Años después, durante la cumbre hispano-lusa celebrada en Vila Real en mayo de 2017, ambos ejecutivos aseguraron que la modernización estaría lista a finales de este mismo año. "Tras realizar una evaluación del estado de ejecución de los proyectos, podemos confirmar que en 2019 estará terminado y totalmente electrificado todo", aseguró el primer ministro luso, António Costa, en una intervención conjunta con el entonces presidente de España, Rajoy.

A agosto de 2019, cuando quedan cinco meses para finalizar el año, el viaje entre Vigo y Oporto a bordo del Tren Celta se demora cerca de dos horas y media -144 minutos-, el mismo tiempo que tardaba el convoy en 2013, tras la supresión de paradas, y muy por encima de lo comprometido por ambos ejecutivos de forma reiterada.

Prueba del potencial del servicio ferroviario entre Galicia y el norte de Portugal es que ha despertado el interés del sector privado. La empresa Arriva, filial del gigante alemán Deutsche Bahn, plantea operar un enlace propio entre A Coruña y la metrópoli portuense. A principios de mayo la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) emitió un informe que concluía que su entrada en el sector no pone en riesgo el servicio público que prestan Renfe y Comboios de Portugal (CP). El viaje en coche particular entre Vigo y Oporto no llega a los 100 minutos, un 44% menos que el ferrocarril.

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