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El drama del maltrato familiar: "Es mi nieto, mi sangre; pero no aguantaba más"

Un joven afronta cárcel acusado de golpear a su abuela y amenazar a su madre

"Es mi nieto, mi sangre, me duele, no quiero hacerle daño; pero yo ya no aguantaba más eso; ese crío no puede estar en la calle, es un peligro". Estas frases pronunciadas ayer por una vecina de Vigo en una sala de vistas reflejan a la perfección el drama del maltrato en el ámbito doméstico. La mujer dijo estas palabras en el juicio celebrado contra su nieto, un joven para el que la Fiscalía pide una condena de 9 meses de prisión y de 20 días de trabajos en beneficio de la comunidad por presuntamente agredir a su abuela, con la que convivía, y de amenazar a su madre. También solicita que se impida al chico aproximarse o comunicarse con ambas mujeres. El acusado, para el que su abogado plantea la libre absolución, no compareció en la vista, que se celebró en su ausencia.

El juicio tuvo lugar en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo. Los hechos ocurrieron este mayo.El joven, que padece una discapacidad intelectual que supone una merma en sus facultades, residía entonces con su abuela, que lo había acogido. La mujer le gestionaba la paga mensual para evitar que la gastase de golpe. Pero él le exigía el dinero. Por las mañanas, contó esta viguesa, estaba especialmente "agresivo". "Me decía que le tenía que dar el dinero, sino me rompía todo", declaró.

Pero el 9 de mayo, cuando otra vez el joven le exigió dinero, la cosa fue a más. Según relata el Ministerio Público, zarandeó a su abuela y le propinó un puñetazo por la espalda. "Era la primera vez que me agredía físicamente y me amenazaba de muerte; en anteriores ocasiones se ponía furioso, pero no había llegado a ese extremo", ahondó la víctima, que contó que, ante el cariz que tomaba la situación, decidió llamar a su hija y madre del chico porque tenía "miedo".

Esta mujer, la progenitora, también compareció ayer ante la jueza y contó que aquel día de mayo la amenazó pero que en anteriores ocasiones su hijo la agredió. "Yo lo denunciaba y después retiraba las denuncias", indicó. Lo llevaron a centros para que lo tratasen. Pero la situación no mejoraba. "Y llegó un momento en que no pude más", agregó. "El problema cerebral que tiene mi hijo es la causa de su agresividad; en el hospital me dijeron que no había tratamiento para él; ahora yo duermo con cerradura de seguridad en mi habitación, no salgo de casa, por el miedo", confesó.

En la misma sala ayer se aplazó un juicio contra otro vigués que afronta 4 años de cárcel acusado de agresiones a su padre octogenario. Llegó a causar un incendio en la vivienda. El motivo era que le exigía dinero a su progenitor.

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