Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 60 y el 90% de los escolares tienen o han tenido caries. En los adultos, no se salva nadie. La salud bucodental es un problema sanitario de primer orden, por lo que prevenir sus enfermedades es una prioridad. Dos microbiólogos del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo -Maximiliano Álvarez y Lucía Martínez- y dos odontólogos de la Universidad de Santiago de Compostela -Pedro Diz y Jacobo Limeres- han descrito una nueva bacteria que actúa como protectora frente a esta patología, la más común de las orales, pero también contra la periodontitis y la halitosis. La han patentado y ya están en negociaciones con una empresa para comercializarla como probiótico.
La Fundación Biomédica Galicia Sur, que gestiona el proyecto, espera cerrar un acuerdo antes de que acabe el año y calcula que la compañía tardaría luego unos tres años en ponerlo en el mercado. Ella decidirá cómo lo hace. Podría añadirlo a unos chicles, una pasta dentífrica o un colutorio, por ejemplo.
El doctor Maximiliano Álvarez, investigador principal, explica que la boca está habitada por cientos de bacterias. Unas buenas, que contribuyen a mantener el ecosistema oral, y otras malas, que desarrollan enfermedades. Se sabía que había unas que combatían estos problemas y las buscaron. El catedrático de estomatología Pedro Diz, que lleva el departamento de personas con necesidades especiales, "observó que los pacientes con síndrome de Down tienen la boca más sana". Descubrieron una bacteria que tienen en mayor cantidad y que no había sido descrita hasta el momento: el estreptococo CECT 9174. Diz propuso bautizarla como "downii" para reconocer la colaboración de este colectivo.
En un modelo de boca artificial, creado por un grupo de Madrid, comprobaron que tiene actividad contra la caries, que era lo que buscaban en un primer momento. Pero también han descubierto que puede funcionar contra el mal aliento y la piorrea. ¿Y cómo lo hace? Produce un compuesto que actúa como antibiótico. Están intentando averiguar qué es, porque permitiría producirlo sintéticamente y comercializarlo como un medicamento.
Mientras tanto, el Sergas, la USC y el instituto y la Fundación Biomédica Galicia Sur han obtenido la patente europea para la nueva cepa del estreptococo descubierta con el objetivo de usarla como probiótico -ingesta de microorganismos vivos para alterar la flora-.
