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El auge del alquiler atrae a las socimis, que se lanzan a adquirir inmuebles en el centro

Las sociedades de inversión Silicius y ORES disponen de locales comerciales en Príncipe, Urzáiz y Aragón

El auge del alquiler atrae a las socimis, que se lanzan a adquirir inmuebles en el centro

El auge del mercado del alquiler en Vigo atrae el interés de los fondos profesionales. A lo largo de 2018 al menos dos socimis, término con el que se identifica a las sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria, han decidido hacerse un hueco en Vigo. Según los últimos datos disponibles, la firma Silicius Inmuebles en Rentabilidad ha adquirido un local comercial en la calle Aragón y Ores Socimi otros dos en los números 28 de Urzáiz y 55 de Príncipe, la milla dorada de la ciudad. Las socimis son herramientas ideadas para la inversión inmobiliaria que brindan un especial atractivo a la hora de tributar. A grandes rasgos, se dedican al arrendamiento de propiedades y al reparto de dividendos.

Aunque las socimis existen desde los años 60 -las conocidas como Reit, por sus siglas en inglés: Real Estate Investment Trust- no se regularon en España hasta hace algo más de un lustro. Aunque en los últimos años ya habían puesto sus ojos en Vigo, se habían centrado de forma especial en las grandes superficies comerciales. El fondo inversor estadounidense Oaktree, por ejemplo, adquirió en 2014 el Centro Comercial Gran Vía por cerca de 115 millones de euros. Poco después se hacía con el complejo Lar España Real Estate Socimi, más conocida como Lar España, que cotiza en el Mercado Continuo de la Bolsa de Madrid desde 2014.

Al cierre de 2018 los principales accionistas de la socimi ORES eran Bankinter, Mapfre, Línea Directa Aseguradora, Corporación Juan Segarra, Inmuebles Gil Comes y Sierra Spain Shopping Centers Services. A su vez Silicius Inmuebles en Rentabilidad, una socimi gestionada por Mazabi, disponía en 2018 de unos activos valorados en 120 millones de euros y unas rentas aproximadas de seis millones. En su cartera destacan locales comerciales y edificios de oficinas en Madrid y un hotel en Conil de la Frontera, en la provincia de Cádiz. A finales de marzo trascendían los planes de Mazabi de engordar la socimi para su salida a Bolsa con unos mil millones de euros en activos.

El interés de las socimis por el mercado inmobiliario local coincide con un momento especialmente dulce para el alquiler en Vigo. La falta de obra nueva por el escenario urbanístico de la ciudad -el PXOM de 2008 lleva anulado desde 2015 por una sentencia del Tribunal Supremo- y un stock de vivienda nueva en mínimos históricos ha hecho repuntar la demanda de arrendamientos.

Desde la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) reconocen la buena evolución del mercado de arrendamiento. Tanto, que hay incluso inversores de Galicia o el norte de Portugal que optan por comprar viejas edificaciones, reformarlas y ponerlas luego en alquiler para recuperar su dinero y obtener beneficios. Dos de los mejores indicadores del buen momento que vive el sector los dejan las propias inmobiliarias. Uno de ellos son los "castings" para seleccionar inquilino, una práctica que hasta hace poco no era habitual en Vigo y que ahora -gracias al repunte de demanda- empieza a aplicarse en agencias de la ciudad.

El otro indicador es que en Vigo comienzan a anunciarse alquileres con inquilino; es decir, pisos y casas que se ponen a la venta con un contrato de arrendamiento en vigor. Los vendedores no buscan compradores interesados en adquirir una vivienda para residir en ella, sino inversores que deseen disponer de una propiedad que les genere rentas todos los meses.

Un estudio de Fomento concluía que en 2017 el alquiler del metro cuadrado de vivienda costaba en Vigo, de media, 7,3 euros, por encima del resto de urbes gallegas.

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