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Los golpes en rotondas crecen por primera vez en 4 años pese al efecto de las "turboglorietas"

Hubo 130 golpes en 2018, 12 más que el año anterior - Este nuevo modelo redujo un 60% los accidentes donde se implantó

La de Travesía, una de las más complejas, pierde color // FdV

El efecto "turboglorieta" podría haber tocado techo. O al menos así lo atestiguan las cifras de accidentes en rotondas de la Policía Local correspondientes a 2018. Por primera vez en los últimos cinco años, los siniestros de tráfico por el mal uso de estos cruces giratorios han crecido. El incremento no es muy relevante, se pasa de 118 a 130, pero sí es la primera vez que crecen después de que el Concello comenzará a implantar los nuevos modelos con el objetivo de reducir la elevada siniestralidad en las rotondas tradicionales.

Antes de que se construyera la primera "turboglorieta" en Vigo, el número de accidentes anuales superaba con creces los 200. De hecho, en el peor año, 2013, se llegaron a rozar los 300. Esta situación encendió las alarmas en la Concejalía de Tráfico y en la Policía Local. El mal uso de las rotondas por parte de los conductores había ido escalando año a año hasta situarse como la segunda causa de accidente en la ciudad tras las distracciones. El número de siniestros se duplicó en apenas cinco años. La preocupación fue de tal magnitud que los agentes comenzaron incluso a realizar controles preventivos en las rotondas para supervisar los malos hábitos e informar a los conductores de sus infracciones.

Pero estas campañas no surtieron efecto, o al menos no fue así en las estadísticas. Por ello, los técnicos del departamento municipal de Tráfico decidieron en 2015 probar el modelo de "turboglorieta" que funciona desde hace años en multitud de países europeos. Y lo hicieron en una de las rotondas más conflictivas: la de Gran Vía con Islas Baleares. El éxito en este cruce, en el que se desplomaron los accidentes, llevó al Concello a sumar otras cuatro glorietas de este tipo en Castelao, avenida de Europa, Samil y Castrelos. La caída de accidentes fue casi inmediata. De los 261 que se contabilizaron en Vigo en 2015, se pasó a solo 159 en 2016. Un año más tarde, y con nuevas "turboglorietas" en marcha, como la de Travesía de Vigo con Jenaro de la Fuente o la de la calle Coruña, entre otras, los accidentes se desplomaron hasta los 118 casos, un 60% menos que antes de su implantación.

Pero la tendencia decreciente se frenó el año pasado. Por primera vez en los últimos cinco años, y también desde que llegaron las "turboglorietas" a Vigo, los accidentes escalaron hasta los 130 casos.

Incorporaciones

El éxito de las "turboglorietas" fue de tal calado que el propio Concello anunció en 2018 que extendería este modelo a toda la ciudad. Actualmente ya hay más de una decena en funcionamiento o diseñadas. Vigo tiene 60 rotondas en el casco urbano. Entre las que están ya sobre el papel y que podrían ejecutarse este mismo año, destacan la del Bicentenario, en el cruce de Marqués de Alcedo con Camelias y Venezuela; o la de García Barbón con Miragaia y Rosalía de Castro.

Además, Vigo ganará este año una nueva rotonda que también podría configurarse como "turboglorieta". Se ubicará en el cruce de la avenida de Samil con Argazada, junto al antiguo hotel Samil. La Concejalía de Tráfico persigue con ella agilizar la circulación en la principal playa de la ciudad en verano y facilitar el acceso de los autobuses de turistas para el embarque y desembarque de sus pasajeros.

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