Desde hace años los vecinos de Teis y Chapela que viven cerca de la autopista reclaman al Gobierno y a Audasa que tomen medidas para atajar la grave contaminación acústica que padecen, un problema que queda reflejado incluso en los propios estudios elaborados por encargo de Fomento. El plan de acción contra el ruido del Concello, documento que recibe ahora su aprobación inicial y pasará a someterse a información pública durante un mes, vuelve a incidir en ese mismo punto: los vigueses que viven en zonas próximas a la AP-9 soportan un volumen de ruidos al que debe ponerse solución.

El documento advierte de que en el entorno de la autopista y el resto de principales vías de titularidad estatal de Vigo hay vecinos "expuestos a niveles globales de ruidos superiores" a los recomendados por la normativa. Por esa razón plantean adoptar medidas en la AP-9, la VG-20, la A-55 (Avenida de Madrid) y la N-552. Los técnicos contratados por el Concello recomiendan reducir la velocidad máxima en los tramos en los que sea posible y, allí donde no haya otra solución o el problema resulte especialmente grave, instalar pantallas acústicas "con una altura que garantice la protección del entorno y de los edificios residenciales". En el caso de la VG-20 los técnicos sugieren un "apantallamiento tipo túnel" en el entorno de Navia.

El estudio elaborado por el Concello concluye también que en los alrededores de la avenida Arquitecto Palacios, uno de los principales ejes de entrada y salida a la ciudad, hay población expuesta también a más decibelios de los aconsejados. Las medidas recomendadas para paliar ese problema son similares a las que plantean para la AP-9, la VG-20 o la autovía A-55: reducir la velocidad, instalar pantallas acústicas y renovar el firme con un asfalto especial. En el conjunto de la ciudad, los técnicos aprecian un descenso de población afectada.