Al igual que el resto de sus compañeros de profesión, se adscribió la Colegio de Abogados de Vigo en el año 1978 pero el letrado José Carballo llevaba ya casi tres décadas de profesión a caballo entre A Coruña y Ourense. "Soy abogado con 40 años de ejercicio en Vigo pero me preceden otros 26 en municipios coruñeses y ourensanos. Me voy a encontrar con un grupo mucho más joven, pero me llevo estupendamente con todos", bromea Carballo.

Especializado en derecho Civil y Mercantil -aunque reconoce que por este último nunca tuvo "mucha afición"-, ejerció también de letrado de oficio en causas penales. "Fui muy poco tiempo, porque me dediqué especialmente a la jurisdicción Civil, solía ejercer asuntos de naturaleza rural. Cuando empiezas a ejercer es cuando te vas declinando por la especialidad", contempla Carballo, padre de la actual decana del Colegio vigués Lourdes Carballo y de la también letrada Olalla Carballo.

Fueron muchos los escenarios que vivió y en los que desarrolló su trabajo si bien considera que esta profesión y especialmente su función no ha sufrido grandes alteraciones. "El comportamiento de la abogacía no ha variado, en realidad los que cambian son los abogados. Nosotros defendemos a nuestros clientes como podemos o como nos dejen. La abogacía está formada por personas y son éstas las que hacen al letrado", narra el jurista.

Aunque las próximas generaciones siguen sus pasos, sus antecesores no tenían relación con la abogacía. "Eran agricultores, y yo trabajé mucho las tierras hasta que me fui a la Universidad, pero todos los veranos iba a trabajar y descansaba de la literatura", comenta el letrado.