Abonada a los desafíos en el terreno deportivo, la alpinista y concejala de Medio Ambiente de Vigo emprenderá en los próximos meses un importante cambio en su vida personal que la mantendrá alejada de la política y obligará al PSOE a renovar los puestos de salida en su lista para las elecciones municipales de mayo. Chus Lago fue el primer gran fichaje de Abel Caballero cuando en 2007 se decidió a pugnar por la Alcaldía olívica y, casi doce años después, la deportista viguesa vuelve a dar la sorpresa al anunciar su retirada temporal una vez completado el mandato para embarcarse en una nueva aventura familiar al otro lado del Atlántico. Se trata de una decisión personal "muy meditada" y acordada con el que hace una década fue su mentor político. "Ambos creemos que es la mejor solución desde el punto de vista personal y la más responsable para la ciudad. No es compatible compatibilizar ambos proyectos y atender correctamente todo el trabajo en Vigo", reconoce la protagonista.

Lago agradece la "comprensión" y el "respaldo" de Caballero tras comunicarle su intención de establecerse en EE UU. Pero ambos tienen claro que no es un adiós definitivo y dejan la puerta abierta a colaborar en un futuro no muy lejano. "Ha sido una decisión muy difícil porque trabajar por mi ciudad ha sido un honor y una gran oportunidad. He aprendido muchísimo, ha sido una lección continua de humildad tener que servir a los ciudadanos y, precisamente por responsabilidad, entre los dos hemos decidido que lo mejor es hacer este paréntesis. ", relata la concejala de Medio Ambiente, quien todavía se emociona al recordar sus inicios en el departamento o la primera vez que se calzó unas botas para entrar en el Lagares durante una limpieza para comprender su problemática de la mano de los técnicos municipales.

Lago desprende gratitud. En primer lugar hacia el alcalde, con el que ha pactado continuar al frente de sus obligaciones hasta los próximos comicios. Será en junio cuando se produzca el relevo. También agradece el buen ambiente en el equipo de gobierno y el trabajo de todas y cada una de las brigadas de su competencia. "Hay áreas como la de cementerios que desconocía y cuya plantilla me ha emocionado. Hacen su trabajo con dignidad y cariño y hemos mejorado muchísimo los recintos municipales", explica la concejala, orgullosa sobre todo de haber contribuido a "acercar a miles de vigueses a la naturaleza". "Hay más de diez mil personas con el carné de Camiño a Camiño y cuando necesitamos voluntarios para limpiar el río, las Cíes o los montes se desbordan las peticiones. Eso es síntoma de que a los vigueses les preocupa su entorno, los hemos conectado y eso es lo que más me ilusiona", recordaba ayer al hacer balance de estos intensos doce años.

Los inicios fueron complejos. "Pasaron meses sin un día libre. Hay que estar siempre operativo y el nivel de exigencia de este alcalde es altísimo e inmediato. Quiere soluciones, te obliga a estar a la altura todos los días y eso a mí, como deportista, me encanta y me motiva. Como jefa de expedición me gustan los grupos con las ideas claras donde todos los miembros actúan convencidos y en este gobierno pasa eso. Esa es la clave del éxito en la vida personal, la deportiva y la política y yo lo he encontrado en el equipo de Caballero, por eso me he sentido tan a gusto", explica la concejala y alpinista, que compatibiliza sus responsabilidades públicas con los entrenamientos para su nueva expedición a Siberia y los preparativos de su futura etapa personal a miles de kilómetros de casa.

Mujer disciplinada, Lago lo considera algo "normal" en su rutina ya que nunca dejó de entrenar desde que en 2007 entró en el gobierno de la primera ciudad gallega. Su balance en política no puede ser más positivo. A los éxitos de programas como "Camiño a Camiño", la mejora del zoo, el hecho de que Vigo fuera el primer ayuntamiento con perros para hacer terapia o los más de 100 kilómetros de senderos marcados en los montes, solo pone como contrapunto la oleada de incendios de 2017, el momento más dramático vivido en el gobierno vigués y del que incluso es capaz de extraer algo bueno: "la gran lección de solidaridad de los ciudadanos".