El 2018 volvió a ser un mal año para los arroaces de las Rías Baixas. Según datos facilitados por la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (CEMMA), cuatro de los nueve cachorros que nacieron el año pasado murieron en los primeros meses de vida. Además, otros catorce juveniles y adultos fallecieron en esta zona, por lo que fue otro año con más muertes que nacimientos en la población de esta especie.

La captura accidental sigue siendo la principal causa de muerte de arroaces en más del 50% de los casos, seguido de la mortalidad infantil (22%) y enfermedades patológicas (10%).

El caso más significativo de 2018 fue el de una hembra que estuvo llevando el cuerpo de su cachorro muerto durante tres días en la Ría de Vigo.