Ana Tenorio (Vigo, 1973) es una artista viguesa que dedica su vida a la artesanía, disciplina que ella misma define como "su forma de comunicarse con el mundo", y este año se ha alzado con el prestigioso Premio de Artesanía de Galicia 2018, su primer reconocimiento profesional. Tenorio creó hace dos años su propia marca, Witchneeds, donde ofrece piezas en las que combina pintura y cerámica y que han llamado la atención de chefs populares como Pepe Solla, que utiliza parte de sus creaciones en sus cocinas. Su arte está a la venta a través de su tienda online, unas colecciones que crea con mimo desde el taller que tiene en su propia casa en Marcosende.

-Su obra O Bosque Interior fue la premiada con el galardón de mejor artesana de Galicia de este año. ¿De dónde viene la idea?

-Me gusta mucho la naturaleza, las ramas y los árboles y pensé que podría llegar a plasmarlos, por lo que consideré que la mejor manera sería en tazas. Hice un juego de café completo y quise que el conjunto fuera un bosque típico, una mezcla de diferentes especies a las que añadí musgo, por ejemplo, para representar el bosque gallego. Cuidé mucho ya no solo las formas, sino también la cerámica y las arcillas para hacer que la pasta de cada taza fuese única.

-¿En qué consiste su estilo a la hora de trabajar las piezas?

-Llevo dos años con mi propia marca y desde que empecé con la primera colección, que era pintura sobre cerámica, creé vajillas, jarrones y distintas piezas decorativas. A pesar de eso, mi registro más conocido es el de la pintura abstracta y figurativa que representa elementos de la naturaleza, como es el caso de una de las primeras series que se basa sobre todo en el paisaje. El leitmotiv de todo mi trabajo es la naturaleza, porque me hace sentir bien y me sobrecoge y quiero llevar todo eso a mis creaciones.

-Tiene el taller en su casa familiar de Marcosende. ¿Esta ubicación hace que la obra esté más influenciada por la naturaleza?

-Sí, hay un molino al lado de mi casa y evidentemente eso y la zona apartada en la que vivo influye. De todas maneras la naturaleza la llevo dentro desde que era una niña y por eso actualmente quise rodearme de campo en mi día a día, que es muy bueno y sano también.

-Sus piezas no pasaron desapercibidas para el chef Pepe Solla y otros cocineros populares. ¿Cómo surgió esta colaboración?

-No fue algo programado, surgió. En este mundillo conoces a gente y en el caso de Pepe, él vio algunas de mis piezas, quiso quedar conmigo, entablamos una relación y ahora colaboramos. Después de un chef viene otro y como hago piezas utilitarias que se usan en restaurantes es lógico que se corra la voz. Si me piden algo de unas dimensiones específicas es bueno porque yo no trabajo en serie y así puedo ofrecer algo más especifico. La cerámica y la cocina se pueden fusionar porque al final es un plato sobre otro plato.

-Tiene una tienda "online". ¿Qué pueden encontrar en ella los amantes de la artesanía y el arte?

-Trabajo sobre pedidos y todo lo que creo no está en la web, excepcionalmente puede venir alguien a casa a ver determinados elementos pero no tengo las puertas abiertas. Dispongo de dos colecciones, una de paisaje sobre cerámicas con montañas y una parte más concretamente relacionada con el mar. La otra es más pura, porque las piezas están desnudas y solo llevan esmalte en el interior, de manera que la cerámica es más natural y puedes tocarla y sentirla.

-¿Cuándo surgió su afición por la artesanía y cómo es su rutina diaria?

-De niña ya tuve contacto con el barro, que es muy intuitivo y parecido a la plastilina, pero soy multidisciplinar, me gusta trabajar con las manos cualquier material. Desde pequeña me gusta sentir la plasticidad de la pintura y la cerámica porque me hace sentir bien y es donde puedo encontrarme y expresarme mejor. Intento conciliar mi vida familiar con el trabajo, por eso decidí tener el taller en casa, no descanso ni sábados ni domingos y hay días más y menos intensos pero no me importa porque la cerámica no es un trabajo, es mi vida.