Fiel a su cita con sus seguidores gallegos, que son muchos y muy fieles, Víctor Manuel subió ayer al escenario del Auditorio Mar de Vigo con un nuevo cargamento de oro musical: "Casi nada está en su sitio", cuyos temas fue alternando con canciones que forman parte ya del imaginario musical de este país, al que también canta en este trabajo. "Digo España" fue uno de los temas de este "Casi nada está en su sitio" que interpretó el cantante asturiano en un concierto en el que el público disfrutó de una veintena de composiciones y en el que primaron sus temas de siempre. Los nuevos apenas ocuparon el veinte por ciento del repertorio, algo que a sus seguidores, o al menos no a todos, no pareció importarles por como corearon los estribillos de canciones como "Asturias", "Solo pienso en ti" y "A donde van los besos".

Sin embargo, y aunque los clásicos no tardaron en sonar, "Allá arriba al Norte', el tema que abre su último álbum, fue el que abrió su actuación, una actuación que duró algo más de dos horas, en la que el cantante demostró estar en plena forma.

Los clásicos siguieron sucediéndose -"La romería", "El abuelo Vítor", "Bailarina", "La madre" y "Luna", "Cómo voy a olvidarte" y "Quiero abrazarte tanto", entre otros- con las nuevas composiciones, como "Nos están preguntando", un tema de defensa de la emigración donde Víctor Manuel muestra su faceta más reivindicativa y social, y "No me digas", una de sus nuevas canciones dedicadas al amor.

En el escenario junto a él, seis músicos -entre ellos su hijo David San José al teclado- y dos pantallas de 4x6 metros en forma de periódico, que proyectaban distintas imágenes.