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El lento servicio ferroviario con la Meseta

El tren a Madrid se resiste al "efecto Alvia": el viaje solo se redujo dos horas en treinta años

En 1986 el Talgo tardaba ocho horas y 14 minutos; hoy el servicio más rápido cubre el trayecto en algo más de seis horas

H. Barreiro

Los pasajeros que en 1986 se subían a un tren Talgo en Madrid tardaban ocho horas y 14 minutos en llegar a su destino en Vigo. Su velocidad de viaje rondaba los 82 kilómetros por hora. Desde entonces han pasado tres largas décadas durante las que la red de alta velocidad se expandió por España, los japoneses desarrollaron su sistema de "trenes bala" y los vuelos low cost revolucionaron la movilidad. En la ruta entre Vigo y la capital del estado, sin embargo, esas tres décadas han tenido un tempo algo distinto. La duración del trayecto se ha recortado, pero mucho menos que en otras latitudes del país. Quienes se suben hoy en Guixar a un Alvia rumbo a Chamartín tardan, en el mejor de los casos, según la información disponible en la web de Renfe, seis horas y 17 minutos. En sentido inverso el trayecto lleva algo menos, pero se mantiene aún por encima de las seis horas.

En 30 años el recorte de tiempos es de poco más de dos horas, un tercio del trayecto actual y una marca que -insisten los expertos en tráfico ferroviario- le pone muy difícil al tren competir con las aerolíneas. Durante esas mismas tres décadas Barcelona vio cómo su servicio ferroviario a Madrid pasaba de los Talgo a los AVE y la duración del trayecto se recortaba de siete horas 21 minutos a menos de la mitad: dos horas y media. Algo similar ocurría en Sevilla, que pasó de las casi seis horas de los antiguos modelo Talgo de 1986 a menos de dos horas y media. Los alicantinos disfrutaron también de una mejora notable: las cuatro horas y 35 minutos del 86 se habían reducido en 2016 a la mitad.

No hace falta irse a la red de conexiones AVE para encontrar mejoras considerables de la línea. Cádiz dispone hoy del mismo servicio que Vigo, el Alvia, y su evolución desde mediados de la década de los 80 dista mucho de la que ha experimentado el sur de Galicia. En 1986 los gaditanos tardaban siete horas y 40 minutos en llegar a Madrid a bordo de los trenes Talgo . Hoy pueden hacerlo en algo más de cuatro horas, lo que supone una reducción del trayecto que ronda el 50%. Algo similar ocurrió en Salamanca, los aproximadamente 96 minutos que se demoran los Alvia actuales en viajar a Madrid suponen un recorte de tiempos sensible si se comparan con las tres horas y media que requerían en los 80 los trenes TER de la serie 597.

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Hace tres décadas en Galicia los coruñeses tardaban algo más de nueve horas en llegar desde Madrid hasta la estación de trenes de su ciudad. Los Alvia que conectan ahora ambas terminales han rebajado el tiempo hasta las cinco horas y 40 minutos, una rebaja de tiempos que se vio favorecida por la modernización de la línea entre Santiago y Ourense, que desde 2012 está habilitada para el uso de modernos convoyes Avant. Un Alvia tarda 71 minutos en recorrer la distancia entre la ciudad herculina y la de las Burgas, mientras que el mismo modelo de ferrocarril se demora 94 minutos en conectar la terminal de Guixar con la de Ourense, desde donde parten las composiciones rumbo Chamartín.

La última mejora en la línea Galicia-Madrid que dejó un recorte considerable de tiempos en los servicios de Vigo llegó a principios de 2016, cuando Renfe puso en marcha el tramo modernizado entre Zamora y Olmedo. Entonces se anunció que los tiempos de viaje llegarían a situarse en torno a las cinco horas y 49 minutos, aunque a día de hoy Renfe no comercializa en su web ningún tren que baje de las seis.

A medida que se vayan abriendo nuevos tramos de la línea de alta velocidad entre Galicia y la Meseta es previsible que los tiempos de viaje se vayan recortando, si bien los expertos insisten en la necesidad de apurar al máximo los trayectos para que el ferrocarril pueda competir con el avión. Un ejemplo: Iberia ofrecía ayer vuelos por 26 euros entre Peinador y Madrid para el viernes 7 de enero con una duración de 65 minutos. Los trenes tardan a día de hoy unas cinco horas más, con lo que -incluso descontando el tiempo de embarque que requieren los viajes en avión y el desplazamiento entre Barajas y el centro de la ciudad- ven reducido su atractivo frente al avión.

La línea entre Vigo y Madrid no solo ha experimentado una mejora muy tímida en las últimas tres décadas. El informe sobre AVE en España publicado en 2017 por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles muestra que la velocidad media del Alvia olívico se sitúa a la cola, entre las últimas del país. Según el estudio, la marca del Alvia Madrid-Vigo sería de 105 km/h, frente a los 116 km/h del Madrid-Gijón, 114 km/h del Madrid-Santander o 113 km/h del Madrid-A Coruña. De las líneas Alvia analizadas por la fundación, solo tendrían un resultado peor la de Bilbao, con 97 km/h. En cuanto a mejora de tiempos desde los 80, el dato vigués sería el tercero más bajo de las treintena de rutas analizadas, solo por detrás de San Sebastián y Bilbao. A pesar de ese hándicap, la mejora de tiempos en 2016 disparó el pasaje del Alvia entre Vigo y Madrid.

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