Los vecinos y comerciantes de Vía Norte celebran en su gran mayoría la construcción del centro comercial Vialia en la nueva estación del AVE, que está prevista que finalice en 2020. El edificio estará conectado con la céntrica calle viguesa, "y nos sacará del aislamiento", aseguran los dueños de los pequeños negocios situados en Vía Norte, que lamentan que desde que se iniciaron en verano las obras de humanización, el tránsito de peatones por la calle es mínimo, lo que se agrava si se tiene en cuenta que es misión imposible aparcar por esa zona. El espacio diseñado por Thom Mayne, que incluye 35.000 metros cuadrados de uso lucrativo en los que habrá espacio para un centenar de tiendas y treinta locales de restauración, promete atraer a centenares de personas a diario y reactivar el comercio local.

"Actualmente la calle está bastante muerta, no hay sitio para aparcar. La nueva estación le va a dar más vida. En general, la mayoría de vecinos y trabajadores están de acuerdo con el proyecto", explica Gemma Freire, empleada de la farmacia de Vía Norte.

Desde el inicio de la crisis, el cierre de negocios está a la orden del día. Actualmente hay alrededor de veinte bajos comerciales vacíos y que esperan ser alquilados. Floristerías, bares, tintorerías y comercios de todo tipo se han visto obligados a cerrar sus puertas. "Todos los negocios que abren últimamente, cierran al poco tiempo", explica la farmacéutica. Serafín Domínguez, gerente de una empresa de reparación de electrodomésticos, y también vecino de Vía Norte, explica que incluso "hubo un tiempo que fuimos el único comercio abierto en la zona". El empresario indica que desde el inicio de las obras de humanización "el trafico de clientes" ha disminuido considerablemente".

Best House, una de las inmobiliarias que tiene en alquiler estos bajos vacíos, confía que a partir del verano de 2020, cuando está previsto que finalicen las obras de la nueva estación de Urzáiz, la situación de Vía Norte cambie radicalmente. "Esperamos que una vez que se termine el centro comercial, todo se vuelva a reactivar", explica Pilar Cachafeiro, que trabaja en dicha inmobiliaria. Considera, no obstante, que además de las obras de humanización, el aislamiento de la calle y los efectos de la crisis, los elevados precios de los alquileres de algunos de los locales que están vacíos tampoco ayudan a que lleguen nuevos negocios. "Uno de los bajos tiene 160 metros y lo que piden al mes son mil euros. En nuestra opinión, es demasiado", explica la promotora.

Otra de las supervivientes de Vía Norte es Rosa María Dacosta, que junto con otra socia regenta una tienda de alimentación. "A partir de las 18.00 horas, no hay nada ni nadie por la calle, y eso que aquí están los Multicines Norte. Incluso hay veces que da un poco de miedo", explica. Dacosta sí que tiene alguna duda sobre los beneficios que el centro comercial Vialia traerá a Vía Norte. "Sabemos que bonito va a quedar, pero lo que queremos es que sea funcional. No puede ser que ni siquiera los repartidores tengan sitio para dejar la mercancía porque no ahora mismo no hay zonas de carga y descarga", añade.

Una de las medidas para terminar con el aislamiento de Vía Norte y que está planteada en el proyecto es habilitar un ascensor que conectará Serafín Avendaño, junto a las torres del Círculo de Empresarios de Galicia, con Vía Norte y el Centro Vialia con el objetivo de recuperar así una de las calles más emblemáticas de la ciudad.