Deficiencias sanitarias como escasas condiciones de higiene, trazabilidad de las materias primas, el uso de envases reutilizables o etiquetado de los productos obligaron a la suspensión de la actividad de un total de 17 establecimientos de restauración e industrias alimentarias el año pasado. En total fueron 4.843 las inspecciones llevadas a cabo por la Consellería de Sanidade -a través de su servicio de Control de Riesgos Ambientales de la Jefatura Territorial de Pontevedra- durante el 2017, más de 14.000 en toda la provincia.

Además de la veintena de suspensiones y cierre de negocios hosteleros y alimentación, otros 73 locales fueron expedientados por falta de higiene o control de sus productos, aspectos en los que se centran las inspecciones sanitarias de la Consellería. Esta cifra se incrementó de forma notable en relación a los controles realizados el año anterior, cuando fueron 49 los expedientes sancionadores emitidos por Sanidade, un 47% menos.

Estas inspecciones sanitarias conllevan, de forma normativa, el decomiso y destrucción de mercancía y alimentos por sus malas o deficientes condiciones de salubridad o erróneo etiquetado. Estas irregularidades derivaron el decomiso de materias primas de un total de 23 negocios, el doble que en 2016 cuando se contabilizaron once locales.

De los partes de las 4.000 inspecciones sanitarias en el área de Vigo también destacan las 20 intervenciones cautelares que se realizaron así como un total de 130 apercibimientos sanitarios, que en la mayoría de los casos se subsanaron las deficiencias encontradas.

Estos controles oficiales, que se realizan a través de inspecciones, auditorías o toma de muestras de productos alimentarios se centran tanto a industrias de alimentación -cárnicas, productos de pesca, depuradoras, lácteas- como a establecimientos minoristas -carnicerías, panaderías, pastelerías- y de restauración colectiva como comedores, residencias, hospitales, hoteles, restaurantes, bares o cafeterías.

La Consellería destaca que los objetivos de estas inspecciones buscan "disminuir el riesgo de aparición de enfermedades de origen alimentario provocados por productos elaborados en Galicia o consumidos en locales de la comunidad gallega".

El número de inspecciones higiénicosanitarias en la provincia y área viguesa se ha incrementado de forma notable en los últimos años -de 9.000 en 2016 a 14.097 en 2017- influido por el aumento del consumo de alimentos fuera de casa, ya sea por ocio como por circunstancias laborales. La frecuencia de estos controles depende de los diferentes tipos de riesgos que presenta cada actividad. Una parte importante va dedicada a la documentación del producto y otra a la procedencia de las aguas de consumo, higiene del personal o almacenamiento de los alimentos.