Entre los usuarios de Povisa y los familiares que ayer acudían a ver a pacientes ingresados al centro de la calle Salamanca no hay preocupación por la situación financiera del centro ni por las repercusiones que esta pueda tener, ya que todas las personas consultadas están convencidas de que el Servicio Galego de Saúde (Sergas) y la dirección del hospital alcanzarán un acuerdo que evite el concurso de acreedores y que permita que una cuarta parte del área sanitaria de Vigo sigan recibiendo atención especializada allí.

Agustín Iglesias, que ayer hacía compañía a un familiar hospitalizado, era uno de ellos. "Va a haber una solución ágil, pagado por todos nosotros, pero veo imposible que no lleguen a un acuerdo", vaticina y añade: "No me imagino a Vigo sin Povisa". Él no es paciente del centro, pero cuenta que su allegado siempre ha estado "muy contento" allí por el trato más próximo de un hospital más pequeño.

María Dolores Posada es de la ciudad de Pontevedra, pero tiene a una hija ingresada en la calle Salamanca. Cuenta que no están preocupados por la situación del hospital ni por sus consecuencias para los pacientes porque creen que "se va a solucionar enseguida". Se pone en el supuesto de que estuvieran equivocadas y entiende que "el problema es la destrucción de empleo y a dónde llevan a toda esta gente". Se refiere a las 137.000 personas asignadas a Povisa. "No sé cómo estarán las cosas por aquí, pero en Pontevedra hay pocas camas y muchas esperas", razona. "Al final, siempre pagamos los mismos", lamenta.

Laura y Elena Merchán y Aaron son de los que se trasladaron desde el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) al hospital privado cuando el nuevo concierto dio la posibilidad de elegir dónde recibir atención especializada. "Está muy lejos, el aparcamiento es caro, te pierdes, no estábamos contentos con la atención...", detallan. Por ello, esperan que se mantenga la relación entre la Xunta y el centro del Grupo Nosa Terra XXI. Tampoco es que estén intranquilos. "No se cierra un hospital de un día para otro", apoyan, aunque indican que "todavía no hay mucha información".

Con ellos va Manuel Fernández, que también pensaba seguir sus pasos y cambiarse del complejo público al concertado en el próximo periodo de elección, en noviembre. "Con esta noticia, ya no sé si venirme", duda ahora.

"Hoy no estoy preocupada, sin no se resuelve en un mes, veremos", responde Estela García, que tiene a su padre ingresado en el hospital. Confía en que habrá solución y que el preconcurso de acreedores sea "una manera de apretar a la Xunta", a la que le pide que "colabore y dé lo que ha prometido". "Esperemos que no vaya a mayores, porque no creo que en el Álvaro Cunqueiro entremos todos", plantea su madre, Aurora Mouro y enfatiza: "En vez de las revisiones cada tres meses, me las imagino cada tres años".

María Yessenia Tobío muestra su disconformidad con que una parte de la población del área sanitaria viguesa haya sido externalizada a un hospital privado. Lamenta que la Xunta no haya planificado su absorción por el Chuvi con la construcción del Álvaro Cunqueiro. Ahora, se le ocurre como solución que construyan un hospital para atender a O Morrazo. A pesar de esta postura, igual que Isabel Chapela Gil, considera buena la atención que los profesionales prestan en Povisa. "Estuve ingresada y estuve muy contenta", recuerda Isabel y agrega: "Esperemos que con esta situación no baje la calidad".