Volver a arrancar un ordenador Spectrum, la Nintendo NES o la Nintendo 64, aunque para muchos sea impensable, en Vigo sí es posible desde hace aproximadamente siete años. El culpable de esta proeza que alegrará a los amantes de la electrónica y los videojuegos es David Novo, el vigués que está al frente de Micomputer. La particularidad de esta pequeña tienda consiste en que ofrece la posibilidad de conseguir piezas de aparatos que salieron al mercado hace años para poder volver a utilizarlos, además de vender mandos que se conectan por bluetooth a las consolas clásicas de forma que es factible volver a revivir las eternas partidas con personajes clásicos como el Super Mario, el Donkey Kong o el Metal Slug, entre muchos otros.

Novo siempre fue un gran aficionado de este mundillo y prueba de ello es su faceta de coleccionista de ordenadores y consolas, material que guarda "en dos trasteros llenos hasta el techo" y entre el que se encuentran nada menos que 100 ordenadores aproximadamente. "Nosotros le decimos a la fábrica en China el aparato que es, los voltios necesarios, el tipo de anclaje y la forma del conector del cargador y en función de eso fabrican las piezas. En cuanto a ordenadores, tenemos a la venta fuentes de alimentación que hacen posible conectar un PC de hace 30 años", comenta. Al contrario de lo que inicialmente puede aparentar al tener que traer el material desde China o desde otra empresa estadounidense con la que trabaja, los materiales de Micomputer no son caros y la mayoría tiene precios asequibles.

"Las fuentes de alimentación de la Super Nintendo o del Spectrum valen alrededor de 10 euros, y los cables unos seis. El servicio no es caro en absoluto porque hoy en día se puede fabricar en China muy barato", indica. Novo reconoce que tiene dos tipos de clientes: los que entran porque ven un logotipo de una consola con una cruz roja y piensan que allí se arreglan, o los que consultaron la web de la tienda y se acercan al local por curiosidad. "Alguna vez vinieron al negocio personas de Madrid o de Barcelona que nos habían conocido por Internet. A pesar de estar físicamente, el 99% de las ventas son virtuales, vendemos fuentes de alimentación de ordenadores a Italia, Francia, Hungría, Estados Unidos, Japón, Canadá o Brasil, por ejemplo", afirma.

Novo apunta que hay quienes puedan pensar que al mercado al que se dedica no tiene un público numeroso, pero él defiende todo lo contrario y lo demuestra el hecho de que Micomputer siga dando resultados positivos desde 2011 aproximadamente. "Los ordenadores Amiga hace 30 años que no se fabrican pero mantienen una comunidad de usuarios muy grande en todo el mundo. Hay empresas en Alemania que fabrican hardware para este modelo y nosotros vendemos los disquetes con los que funcionaban estos ordenadores en su época", asegura.

La tienda de Novo no es tradicional, ya que tras pasar la puerta llama poderosamente la atención la nutrida exposición de material que ocupa varias mesas y diversas estanterías. "Lo que hay en el local son consolas de hace años que no se venden pero que necesito para probar si funcionan los mandos y los cables que pedimos a China. Además, tengo dos televisores encendidas las 24 horas para dar un poco de vidilla al negocio y para que inviten a la gente a entrar, mirar y pedir lo que cada uno necesita", dice.

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El vigués destaca también que las carcasas de las consolas "suelen ponerse amarillentas" y que fabricarlas de nuevo oscila entre los 30 y los 40 euros, pero matiza que es algo "que no compensa" porque para la fabricación se necesitan moldes que tienen un coste de unos 10.000 euros. Lo que sí le compensa a nivel de enriquecimiento personal es ser coleccionista, algo que hace desde hace 25 años "por pura nostalgia". "Guardo la Nintendo con el Super Mario para enseñársela a mi hijo o el Spectrum porque fue el primer ordenador que tuve. Guardo todos los Spectrum que salieron al mercado y conservo unos 1.800 programas originales de este modelo, un material que ocupa muchísimo espacio", reconoce.

Parte de estos aparatos suele llevarlos a convenciones como RetroVigo y bromea con que todo lo que tiene en el trastero lo mantiene "a la espera de que un día se haga millonario y pueda ponerlo en un museo". Novo explica que por circunstancias personales no puede acudir a las convenciones de electrónica más importantes que se celebran en Hong Kong, Alemania y Las Vegas, pero que sí asisten muchos de los proveedores con los que trabaja. Entre sus proyectos más cercanos está el de la distribución de miniordenadores, ya que es un nicho de mercado al que se dedica su principal distribuidora china, que se está diversificando a parte de mantener activa la fabricación de consolas. Sin duda, abandonar su anterior empleo y dedicarse a su pasión fue un acierto para Novo, que puede pasar sus días "en el lugar donde viven los clásicos".