Arriva, la empresa que plantea operar un nuevo tren entre A Coruña y Oporto, se muestra "optimista" sobre las expectativas de la conexión y lograr el visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), de la que ahora depende su futuro. La actuación legislación española blinda a Renfe y exige que cualquier servicio en territorio nacional similar al que propone Arriva no perjudique las cuentas de la operadora pública. Por esa razón la CNMC debe ahora confirmar que el tren que proyecta Arriva no hará que los ingresos de Renfe en ese trayecto desciendan más de un 2%. En caso contrario, Competencia rechazará la iniciativa.

Durante una visita a Vigo, donde se reunió con representantes del Eixo Atlántico, el CEO de Arriva en España, Juan Ignacio García de Miguel, reconoció que la metodología que perfila la CNMC para realizar su estudio les hace ser "optimistas" hasta el punto de que confían en recibir el aprobado en un mes o mes y medio. Sus planes pasan por activar la ruta a mediados de 2019. El responsable de la compañía admitió también que no contemplan un escenario en el que la conexión se preste sin paradas intermedias -Santiago, Vilagarcía, Pontevedra, Vigo, Valença y Nine, si bien en el futuro estaría abierta a incorporar también Viana do Castelo-, que es lo que ha motivado el análisis económico de la CNMC.

El servicio se realizaría a diario con cuatro frecuencias por jornada. Su objetivo -precisó García de Miguel- "no es coger la demanda ferroviaria ya existente, sino aumentarla" y aprovecharse del potencial de un corredor que registra numerosos desplazamientos de estudiantes, turistas... La mayoría por carretera en la actualidad. Los plantes de Arriva pasan también por echar mano de su tupida red de rutas y flota de buses para facilitar la intermodalidad del servicio. Aunque en un principio se apuntó que el recorrido podría cubrirse en cerca de 2 horas 45 minutos, ayer se elevó a tres por una "debilidad" del trazado: dos tramos sin electrificar, uno entre Tui y Guillarei, que el Gobierno ya se comprometió a modernizar; y otro de 8 kilómetros entre Arcade y Redondela. El Eixo incidió en que planteará a Adif la importancia de mejorar ese tramo, lo que estima que costaría unos cinco millones.