Vecinos y turistas que acudieron ayer al centro a trabajar o realizar gestiones se encontraron con la insólita imagen de los parquímetros de la zona azul precintados con el aviso de "pechado por folga". La plantilla de Dornier se desplegó a primera hora para tapar las ranuras e informar a los potenciales usuarios de que las máquinas se encontraban fuera de servicio debido a una huelga indefinida para exigir la readmisión de ocho compañeros despedidos sin justificación pocas semanas después de la renovación del contrato de la Xestión de Estacionamento Regulado (XER) de Vigo, uno de los más cuantiosos de los que gestiona la administración local con un importe de licitación de 23 millones para los próximos diez años.

El estudio económico que justifica el precio de la licitación sitúa en 1.931 las plazas reguladas en horario laboral y en 201 las mixtas que se comparten con tareas de carga y descarga y solo están disponibles para rotación en intervalos concretos. Con datos de 2014 a 2016, se establece que la concesionaria ingresaría una media de entre 7.000 y 8.000 euros diarios por todas ellas, que es la cantidad que desde ayer dejaría de recaudar al arrancar la huelga. Hay un pequeño grupo de 5 contratados temporales para cubrir tareas en verano pero los trabajadores aseguran que no están autorizados para multar.

Ni la plantilla ni el gobierno local se esperaban un conflicto laboral de estas dimensiones apenas unas semanas después de renovar el acuerdo económico. El primer intento de mediación de la Inspección de Trabajo el pasado lunes no dio resultados y las posturas siguen enfrentadas. Desde UGT informaban a última hora de la tarde de que no se les había vuelto a trasladar ninguna oferta y el concejal de Seguridad y Movilidad, Carlos López Font, firmaba el decreto, notificado ya a la empresa, por el que se acuerda la apertura de expediente para estudiar si las "especiales circunstancias" justifican la revisión de oficio de la concesión o se debe valorar lo ocurrido como un "incumplimiento del contrato" que podría derivar en multas económicas.

Los pliegos del concurso establecían la subrogación de 40 trabajadores por parte de la adjudicataria y a esa cláusula se agarran Concello y controladores para exigir la readmisión de los ocho despedidos antes de sentarse a negociar otras cuestiones. "La empresa tiene que medir mucho lo que hace. Los puestos de trabajo son innegociables", aseveró ayer el alcalde justo antes de anunciar el expediente e invalidar los argumentos de Dornier, que vincula los despidos a una disminución de plazas respecto al contrato anterior. El Concello mantiene que los pliegos eran públicos y claros al respecto y que no tiene sentido descolgarse ahora después de formalizar la oferta y firmar el contrato.

Tras días dejando el asunto en manos del portavoz socialista, Abel Caballero decidió intervenir ayer para criticar la postura "extremadamente radical" de la adjudicataria, a la que reprochó no haber aceptado "ninguna propuesta" de las que se le pusieron sobre la mesa durante las negociaciones en Trabajo. Fue entonces cuando el gobierno local decidió pasar de las advertencias verbales a los hechos y abrir formalmente un expediente cuyo instructor deberá valorar la situación y plantear posibles sanciones. "Se trata de un incumplimiento grave del contrato y no se descarta nada", reconoció el socialista al ser preguntado por la posible rescisión del contrato que recogen las bases del concurso, una medida extrema insólita en la gestión municipal. Lo más lejos que se había llegado fue a la imposición de una multa de casi 900.000 euros a Althenia por deficiencias en el mantenimiento de las zonas verdes.

Pero esta vez la situación es distinta porque hay despidos por el medio y se da la circunstancia de que seis de los ocho afectados son personas significadas en las luchas sindicales. "No voy a permitir que se despida injustamente a trabajadores en las contratas municipales", advirtió ayer el regidor, a quienes los trabajadores le exigen un encuentro para conocer hasta dónde está dispuesto a llegar el Concello y que les ofrezca garantías de que llegará hasta el final.

Por ahora la plantilla no se confía, realiza un balance "muy positivo" de la primera jornada de huelga pese a la tensión surgida entre algunos empleados y hoy se volverá a concentrar a partir de las 08.30 horas en la sede para reivindicar sus derechos laborales.