Aunque la intención del gobierno vigués es no arrancar con la peatonalización de Porta do Sol hasta enero de 2019, sigue avanzando en la tramitación del complejo proyecto y acaba de remitir a la Dirección Xeral de Patrimonio una "segunda adenda" con la información adicional reclamada hace un mes por el organismo autonómico antes de dar el visto bueno a la actuación. En concreto, la Xunta exigió al Concello que justificara mejor la ubicación de la chimenea de salida de humos del aparcamiento delante del edificio El Moderno por contar con el máximo nivel de protección urbanístico y que revisara la altura de la cubierta de metacrilato y anclajes en color rojo con la que se pretende cubrir la nueva escalera mecánica que conectará la calle Carral con El Sireno para salvar una pendiente del 17%.

Patrimonio no se opuso en su última resolución al proyecto, pero exigió más documentación para poder evaluar el impacto de la cubierta con 3,5 metros de altura máxima en los edificios históricos del entorno. Lo que hace la UTE GOC-Capitel Arquitectura es representar esa nueva estructura para que puedan evaluarse sus dimensiones, al tiempo que explica la intención de minimizar el impacto de la salida de humos y un grupo electrógeno aprovechando una de las nuevas zonas ajardinadas que ocuparán la futura plaza.

El proyecto que aprovecha parte de la estructura del parking actual reserva una planta para plazas de residentes y ocupa las dos primeras para canalizar el tráfico a través de dos carriles paralelos con salida casi en el Olivo del Paseo de Alfonso. La altura de 4,20 metros sería suficiente para el transporte público y liberar así por completo Porta do Sol de vehículos.