Ya transcurrió casi un mes desde que los juzgados vigueses retomaron la marcha con la reincorporación de todos sus funcionarios tras una huelga que se prolongó la friolera de tres meses. En contraste con la parálisis y el bloqueo sin precedentes vivido durante ese paro, a día de hoy los dos edificios de la calle Lalín han recuperado una estampa de relativa normalidad. Salvo alguna contada excepción, todos los tribunales pudieron retomar ya los juicios. Algunas salas están celebrando esta semana sus primeras vistas. Las secuelas que dejó el conflicto son eso sí más notorias de puertas adentro, en la labor de tramitación que se realiza en las oficinas. El reparto de las demandas civiles que se acumularon aún no se normalizó y existe una bolsa de unas 600 que aún están pendientes de ser elevadas a sus juzgados. Y en el Registro Civil, uno de los servicios que estuvo totalmente parado durante la huelga, los ciudadanos continúan acudiendo en aluvión. Ahí, además, hay cientos de peticiones que llevará un tiempo poner al día: las que los usuarios realizaron por internet para requerir certificados de nacimiento, defunción, matrimonio... "Había más de 2.000 solicitudes, sin contar las que llegan por correo o por fax, y aún estamos sacando las de marzo", resumen en esta oficina.

Una de las jurisdicciones que más se paralizó por la huelga fue la civil. Al elevado seguimiento del paro que hubo en la mayoría de estas salas se unió que apenas tenían materia de servicios mínimos. "Esta es la primera semana en la que celebramos juicios con normalidad; se puede decir que ya estamos con la agenda habitual de señalamientos", relataba ayer un magistrado de Primera Instancia. Las demandas nuevas, sin embargo, siguen llegando a "cuentagotas". "El papel [en referencia a la tramitación de los expedientes] aún no está al día", describió. Otra sala de esta misma materia es de las pocas que aún no pudo empezar con los juicios. "Hubo suspensiones por cambios de fecha que nos pidieron los abogados, que se encontraron con procedimientos de distintos juzgados fijados para el mismo día; comenzaremos para la semana", indicaban, calificando de "brutal" el atraso acumulado que ahora deberán deshacer.

En los juzgados de lo Social, donde los servicios mínimos eran más amplios que en civil, se retomó también la celebración de juicios. En al menos dos de estas salas la huelga ha obligado a poner ya algunas vistas en 2019, si bien en ningún caso son de procedimientos urgentes. Y también la actividad ha vuelto, desde que cesó el paro, a las salas de vistas de los juzgados de lo Contencioso-Administrativo. Unos tribunales que durante el paro no pudieron celebrar ni un solo juicio.

Plazos

¿Y en la jurisdicción penal? También los juicios han vuelto a protagonizar la dinámica de los juzgados de lo Penal y de la Sección Quinta de la Audiencia. En los de Instrucción, mientras, las secuelas del paro no son iguales en todos los tribunales. Algunos llevan ya semanas acogiendo juicios de delitos leves con normalidad, debido a que los funcionarios se fueron incorporando de forma previa a que finalizase el paro. Otros tardaron más. "Aún empezamos esta semana", relatan en una sala que, con la excepción de los servicios mínimos, estuvo parada los tres meses de huelga.

Una peculiaridad de Instrucción es que la huelga ha obligado a revisar a conciencia los asuntos para prolongar plazos en aquellos que lo requiriesen para evitar su caducidad.