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La historia que emerge bajo el asfalto

Durante los últimos años al menos media decena de obras públicas han hecho aflorar antiguos vestigios -Se documentaron fábricas de salazón, necrópolis romanas o la muralla del siglo XVII

Fábrica de salazón romana en M. de Valladares | Hace 15 años se localizaron en un solar de la calle Marqués de Valladares los restos de una fábrica de salazón romana. No muy lejos, en la calle Serafín Avendaño, se han hallado también vestigios romanos.

Durante años Vigo arrastró el falso mito de que era una ciudad sin historia. Su perfil industrial, la pérdida de algunos de sus edificios con más solera, el abandono en el que durante décadas cayó su casco histórico... ayudaron a que ese prejuicio cuajase. La intensa labor que desde hace casi 30 años desarrolla el Instituto de Estudios Vigueses (IEV), buceando en los archivos y hemerotecas de la ciudad, ha permitido resquebrajar esa idea. En ocasiones, sin embargo, llega con excavar un poco para que la historia viguesa brote por sí sola.

El urbanismo local ha dejado buenos ejemplos de ese pasado que duerme bajo el asfalto. Solo en los últimos años se pueden contar, al menos, media decena de sondeos arqueológicos en obras públicas que han dado con todo tipo de vestigios. A ellos se suman las promociones privadas. El tesoro que aflora es rico y diverso: desde la antigua muralla que protegió a Vigo entre el siglo XVII y mediados del XIX; hasta necrópolis y cerámicas romanas o incluso salinas.

El último caso de ese "Vicus" que emerge se dio durante las obras de humanización de la calle Marqués de Valterra. Al abrir zanjas para instalar la nueva red de abastecimiento y pluviales, los operarios se encontraron con restos de una estructura romana cuyo uso aún deben concretar los expertos. Para obtener más detalles, desde el Concello explican que se deberá realizar una "ampliación puntual" del estudio. Sus técnicos ya lo están coordinando con el personal de la Dirección Xeral de Patrimonio.

Vestigios romanos se encontraron también durante la reforma de la calle Serafín Avendaño, entre Arenal y Rosalía. Los trabajos realizados antes de la humanización documentaron una tumba romana. "El siguiente paso será continuar la investigación del hallazgo ampliando la intervención arqueológica para determinar el alcance de los restos y la viabilidad de la obra prevista en la calle", señalan desde Praza do Rei. Al igual que en el caso anterior, los trabajos se desarrollan con Patrimonio autonómico.

La riqueza de la historia oculta bajo el asfalto y las losas de Rosalía de Castro quedó clara ya a finales de los años 90, cuando las obras del centro de salud dejaron al descubierto las salinas romanas de evaporación solar más antiguas de Galicia. No muy lejos de allí, otros trabajos desarrollados hace ya 15 años en una parcela de Marqués de Valladares hicieron aflorar una factoría de salazón que los expertos datan a finales del siglo I.

A unos 350 metros de allí los arqueólogos volvían a toparse con la rica historia soterrada de Vigo en la calle Oliva, en el Casco Vello. Durante las labores en el solar del antiguo pazo del Marqués de Valladares -de promoción privada- los expertos hallaron los restos de una necrópolis romana. En total identificaron 13 sepulturas del mundo galaico-romano. En el interior de una de ellas localizaron clavos que quizás pertenecieron a un ataúd y huesos. También dieron con pequeños fragmentos de cerámica y, en un nivel distinto, una tumba medieval que probablemente pertenecía al cementerio aledaño a la predecesora de la actual Colegiata.

El pasado romano de Vigo asomó también con fuerza en Toralla hace varios años. En 2013, durante la construcción del Centro de Interpretación de la finca Mirambell, se encontraron vestigios romanos pertenecientes a la antigua villa, que vivió su esplendor entre los siglos III y IV. Los expertos extrajeron muros, ladrillos, cerámica, madera, vidrio... E incluso localizaron una sepultura en la zona del edificio más cercana a la playa que los arqueólogos dataron del s. III.

Uno de los trabajos más céntricos que hicieron aflorar ese pasado oculto de la ciudad fue el que se desarrolló en la calle Segunda República. Durante los sondeos previos al montaje del segundo tramo de escaleras mecánicas, los técnicos encontraron restos de la antigua muralla del siglo XVII. Las obras sirvieron para ampliar el estudio de sus cimientos.

"En el proyecto constructivo, el Concello recogió una actuación de puesta en valor de la muralla a lo largo de toda su traza", apuntan en Praza do Rei. Las catas realizadas en Porta do Sol, como parte del proyecto de humanización, documentaron también otro trecho de la fortaleza ante la calle Segunda República. A finales de 2017 el Ayuntamiento emprendía otros sondeos en la muralla de O Castro.

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