Los oncólogos tienen sus esperanzas puestas en la biopsia líquida para revolucionar el diagnóstico y el tratamiento del cáncer. El Chuvi se posicionó a la vanguardia de esta técnica dando, a principios de 2016, los primeros pasos para utilizarla en pacientes con cáncer de pulmón. Hoy, el procedimiento ya está homologado y en fase de ensayo clínico. Con él se está monitorizando a un 10% de los diagnosticados con este tumor, los que tienen la mutación EGFR. En total, se ha empleado con 30 personas desde el mes de febrero.

El ensayo clínico lo han puesto en marcha los servicios de Oncología y Médica y Anatomía Patológica, y está enmarcado en el Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur (IISGS), con el doctor Gerardo Huidobro como investigador principal. Los primeros datos obtenidos fueron presentados por la oncóloga Ana Alonso, la semana pasada, en el Congreso Nacional de Oncología Médica con gran acogida. Estos apuntan a que los resultados de la biopsia líquida -un análisis de sangre- coinciden con los de la convencional -la que extrae tejido directamente del tumor con una broncoscopia o abriendo el pecho- hasta un 70%. "Un porcentaje muy considerable", destacan desde el Sergas, aunque los responsables advierten de que aún es "prematuro" obtener conclusiones definitivas y explican que el estudio se prolongará 4 años, con reclutamiento y seguimiento de casos.

Por ahora, la biopsia líquida no sustituye a la convencional. En el Chuvi, esta técnica experimental permite detectar mutaciones genéticas de las células cancerosas y comprobar así la respuesta al tratamiento y seguir la evolución de la enfermedad. "Es muy importante detectar estas mutaciones porque hay nuevos medicamentos de última generación que son muy efectivos", explica el jefe del Servicio de Oncología Médica, Joaquín Casal.

En el Chuvi están ya preparados para usar la biopsia líquida también en cáncer colorrectal, pero están a la espera de diversas tramitaciones que calculan que concluirán en el plazo de seis meses.