La A-55 no es el único vial de acceso a Vigo que ahora mismo ve reducida su velocidad máxima por obras. Tampoco es el único en el que esas restricciones están durando más de lo previsto al prolongarse los trabajos más allá de lo anunciado en un inicio. Los accesos a Rande y el mismo viaducto tienen también modificada su velocidad máxima por los trabajos que se están desarrollando para ampliar su capacidad. Si -según el calendario inicial- las labores de mejora de la A-55 tendrían que haber finalizado ya; en el caso de la AP-9 y Rande, los trabajos deberían haber culminado en abril. Al no cumplirse ese plazo Fomento aceptó prolongarlos primero hasta agosto y -al no respetarse tampoco esta última fecha- finalmente hasta marzo. El sector apunta que esas restricciones también le perjudican, aunque estima que la bajada de productividad no pasa del 10% al verse afectado un tramo menor.