Para la penúltima cita de su temporada, la Orquesta Sinfónica Vigo 430 cuenta hoy con un invitado especial, el consagrado violinista francés David Grimal y la que considera su "segunda mitad" o su "alma", su Stradivarius, construido por Antonio Stradivari en 1710 y que le hace sentir que tiene con él "todos los colores de la pintura".

Interpretarán el "Concierto para violín" de Sibelius, que el artista define como "uno de los más excitantes conciertos escritos nunca" para este instrumento. "Al mismo tiempo que tiene los desafíos de una difícil técnica, es una música muy bonita", describe. No se canta de ella. Lleva 30 años tocándola y confiesa que sigue siendo "un puro placer" cada vez que tiene ocasión de hacerlo.

Grimal empezó a tocar a los 5 años y a los 20 ganó el Primer Premio en violín y música de cámara en el Conservatorio de París. Cursó un año de Ciencias Políticas, pero tras conocer al violinista Philippe Hirschhorn empezó una carrera como solista en todos los escenarios emblemáticos de la música clásica. Hace más de una década creó Les Dissonances, cuenta que para tocar con sus amigos, como en "una gran orquesta de cámara" y sin director. Ahora, tocan "grandes sinfonías con libertad y creatividad.

Para Grimal, "la misión de la música es salvar el mundo, ni más ni menos". "Especialmente estos días, en los que hay tanta negatividad y la gente pierde contacto con el alma y el espíritu de la humanidad. La música tiene todo eso", argumenta.

Además del concierto de hoy, el violinista ofreció esta semana clases magistrales en el Conservatorio Superior de Música de Vigo.

El programa del concierto, que empezará a las 12 horas en el Auditorio Martín Códax, se completa con "Old sailor's room", compuesta por el vigués Juan Eiras, y la "Scheherazade: Symphonic Suite", de Nikolái Rimsky-Kórsakov.