El presidente del Celta, Carlos Mouriño, admitió en repetidas ocasiones que ya había mantenido contactos con diferentes concellos del área metropolitana en busca de posibles ubicaciones para construir un estadio de fútbol, una vez que ya consideraba "irreversible" su decisión de abandonar Balaídos. Pero ayer ofreció un detalle adicional hasta ahora desconocido, y es que en esa búsqueda de terrenos había mantenido un encuentro con responsables del Gobierno gallego. En concreto, Mouriño, en una entrevista en Radio Marca, aseguró que "nosotros tuvimos una reunión de trabajo en la Xunta para ver las posibilidades que había en Mos".

En su respuesta, reveló dos datos, uno más novedoso que el otro. El primero es que la Xunta -Mouriño no quiso revelar quiénes habían sido sus interlocutores- ya conocen de primera mano el proyecto del Celta y durante el encuentro "de trabajo" se trataron aspectos vinculados al encaje urbanístico. Y, segundo, que pese a que el Celta siempre ha dicho que el estadio podría situarse en diferentes municipios, la prioridad es Mos, que gobierna la alcaldesa del Partido Popular Nidia Arévalo, por cuanto en esa reunión con responsables de la Xunta solo se abordaron "las posibilidades" en ese municipio.

Durante la entrevista, dijo desconocer si en el caso de Mos habría que recalificar suelo rústico. "Ése no será un problema mío. Me es igual. Yo solo hago mi trabajo pensando en el Celta; yo no tengo nada que ver con los políticos", zanjó. Finalmente, preguntado si "a día de hoy" había posibilidades de que vendiese el club, respondió: "Sí las hay. Soy muy claro; si el proyecto no lo conseguimos en dónde sea, veré qué hago con el club. Tengo una edad y en algún momento tendré que decir adiós".

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